El lenguaje de los bebés

Noticia publicada el 31-05-2019

Desde hace mucho tiempo, ante la llegada de un bebé, escucho con frecuencia a nivel coloquial la pregunta: “¿tu bebé es bueno o malo?”, a lo que siempre respondo con cierta incredulidad: “¿Pero, es que existen bebés malos?”. Ante mi respuesta la persona que pregunta matiza: “quería saber si tu bebé llora o no”, a lo que vuelvo a responder asombrado “¿pero existen bebés que no lloran?”. Esta pregunta común siempre me ha hecho reflexionar bastante y es por ello que he sentido la necesidad de escribir para arrojar un poco de luz sobre este asunto.

¿Podrían imaginarse a un bebé que no llorara? Pues tengan en cuenta el siguiente escenario: un bebé recién nacido con pocos días de vida fuera del vientre de su mamá. Son las tres de la mañana y la última vez que tomó leche fue hace dos horas. Sus progenitores duermen y el bebé empieza a despertarse por el hambre, pero no llora, ni hace ruido alguno para avisar a sus padres. Pasan las horas y mamá y papá permanecen durmiendo. El bebé tiene cada vez más hambre pero no llora. Horas más tarde, ante la incapacidad de obtener el alimento por sí mismo, el bebé empieza a hacer una hipoglucemia, corriendo peligro su vida.

Ahora volvamos nuevamente a la realidad. Sabemos que esta situación imaginaria no pasa porque el llanto del bebé es una forma inteligente de comunicarse con el mundo y gracias a él los pequeños recién llegados pueden obtener la comida, el cambio de pañal o que se les atienda cuando lo necesitan. Es importante dejar claro que no lloran para fastidiar a nadie, sino única y expresamente con la intención de ser atendidos, tanto física como emocionalmente.

Por consiguiente: “No existen bebés buenos o malos, sino bebés atendidos o no”. Cuando un bebé llora, está comunicando algo y si no consigue ser atendido como desea, seguirá comunicándolo hasta conseguir su propósito. Imaginen un bebé con dolor de barriga por cólicos. Muchas veces, escuchamos la frase tan típica de “eso son cólicos, es algo normal, a los tres meses se le quitarán”. ¿Creen que el bebé dejará de llorar a los tres meses si aún persisten los cólicos? La respuesta es no. Es más, cada vez expresará su malestar con más intensidad porque esa necesidad o ese malestar que está comunicando no está siendo atendido o tratado.

Me suelen llegar a menudo muchas madres y padres desesperados a consulta porque sus bebés no paran de llorar desde que nacieron. Se trata de bebés que llevan meses expresando día tras día su malestar por determinadas tensiones en su cuerpo (bien generadas por el parto o bien por distintas causas durante los primeros meses de vida). La terapia craneosacral puede ser de gran ayuda en este momento para restaurar el equilibrio de bebé y una vez que el pequeño recibe tratamiento suele mejorar bastante el cuadro de malestar que antes lo inquietaba. Por ello, es vital aprender a entender el lenguaje que tienen los bebés para comunicarse con el mundo y deshacer de una vez por todas la creencia de que lloran para “molestar” o “por mala costumbre”.

Mi único proposito al escribir es sensibilizar a la sociedad de las necesidades especiales que tienen los bebés y los niños, ya que también soy padre y también escuché en infinitas ocasiones eso de “no lo cojas tanto en brazos que después se va acostumbrar a ello”, a lo que yo siempre contestaba “pues claro que deseo que se acostumbre al amor y a los abrazos”. Y es que, como siempre le digo a mis pacientes, es necesario que rompamos de una vez por todas con esos estereotipos y estas frases huecas que rodean al mundo de los bebés y transmitamos a nuestros hijos que les envuelve una sociedad basada en el amor, el cariño y el respeto, dejándoles bien claro que estamos ahí cuando ellos nos necesitan. Probablemente, si viven eso desde el minuto uno de sus vidas, se comportarán de igual manera cuando les llegue la hora de convertirse en padres. Muchas cosas cambiarían entonces, ¿no les parece?•


David García Martín
Padre y fisioterapeuta especialista en Pediatría



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