Terapia craneosacral y cesáreas programadas

Noticia publicada el 24-05-2016

En este articulo diferenciaré en dos aspectos las posibles repercusiones que puede sufrir un recién nacido a través de una cesárea programada.

Antes que nada tengo que hablar de la diferencia entre el matiz tan grande que supone la cesárea de urgencias (producida por la no evolución de un parto que se ha puesto en funcionamiento de forma natural o inducida) y la cesárea programada (donde no hay trabajo de parto ninguno). Y es de ésta ultima de la que vamos hablar.

Intentaré abordar sobre todo no sólo el aspecto físico, sino también el aspecto emocional. Dado que se trata de un tema muy poco abordado cuando hablamos de las diferentes formas a través de las cuales puede nacer un bebé, surge el deseo de compartir esta información.

A nivel emocional, intentaré poner una metáfora para poder hacernos una idea de lo que puede sentir un recién nacido en una cesárea programada y es la siguiente: imaginemos que nos encontramos en un yacuzzi completamente relajados, con agua calentita y totalmente suspendidos en el agua, escuchando los sonidos procedentes de nuestro corazón y sumergidos en una meditación profunda, cuando de repente, se rompe el techo que hay sobre nosotros y desciende una grúa que nos engancha sin previo aviso sacándonos repentinamente de ese estado de relajación.

El shock es tan impactante que no puede aparecer otra cosa que no sea miedo, pánico, angustia… A nivel físico, esto lo podemos percibir en una tensión excesiva del pericardio (membrana que protege al corazón ante cualquier agresión ya sea física o emocional).

 

¿Cómo podemos ayudar a los bebés emocionalmente antes de las cesáreas?

Reconociendo que es inevitable lo que van a sentir. La manera en que podemos ir preparándolos es ir hablándoles estando en el vientre días y horas antes de la intervención, explicándoles como si ya estuvieran fuera todo lo que va ir sucediendo y todo lo que pueden ir sintiendo.

A nivel físico nos podemos encontrar una serie de síntomas que pueden estar relacionados unos con otros al no haber tenido un trabajo de parto. ¿En que consiste dicho trabajo de parto? Es toda una maquinaria perfecta que pone en marcha el bebé cuando siente que ha llegado el momento de nacer. Además de servir para moldear la cabeza, las contracciones de parto son el primer masaje que recibe el bebé en su vida, estimulando el sistema nervioso central de forma que cuando nazca todo funcione correctamente.

Teniendo en cuenta que en la cesárea programada nada de esto ocurre nos podemos encontrar posibles tortícolis o cierta tendencia a estar más cómodo mirando para un lado que otro. Esto, con el tiempo, puede conllevar el riesgo de desarrollar una plagiocefalia, por el simple hecho de que los bebés cuando nacen vaginalmente van haciendo una serie de rotaciones que les permiten primero dilatar y posteriormente descender.

Otro de los síntomas que podemos apreciar es en cuanto a la lactancia materna. Observando que les cueste abrir la boca,   generando problemas en la succión y dificultando dicha lactancia. Esto se produce por lo expuesto anteriormente en cuanto al no recibir contracciones, su cabeza esta contraída y con ello la articulación de la mandíbula, generando resistencias que le impiden al bebé tener una buena apertura y agotándose con facilidad cuando succiona al tener que luchar contra dichas resistencias.

Además es muy típico encontrarnos los famosos cólicos del lactante por la obstrucción del agujero rasgado posterior por donde sale el nervio vago, el cual suministra nervios al sistema digestivo. Como describíamos anteriormente, al no ablandarse la cabeza del bebé con las contracciones de parto nos solemos encontrar que dichos agujeros están mas cerrados de lo normal, dificultando la salida del nervio, por lo que dicha inervación estará seriamente comprometida generando en ocasiones gases, estreñimiento, cólicos, hipo con frecuencia, retortijones…

 

¿Cómo puede ayudarles la terapia craneosacral?

Básicamente liberando todas esas tensiones que hay en su cabeza al no haber habido contracciones de parto, permitiendo que todo fluya  de manera espontánea además de normalizar el sistema nervioso (normalmente dicho sistema está descompensado teniendo el sistema nervioso simpático muy activo y el parasimpático inhibido). También insistiremos en los agujeros rasgados para ser liberado dicho nervio vago. Además, trabajaremos las posibles restricciones que nos encontremos en su cráneo, columna y pelvis evitando en el futuro posibles escoliosis.•


David C. García Martín
Fisioterapeuta
Experto en terapia manual en pediatría

www.terapiacraneosacralparabebes.com

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