Una fórmula mágica llamada poesía
Noticia publicada el 15-04-2016
No les voy a recalcar qué importante es que sus hijos lean o que les lean. Esto ya lo saben. Si están leyendo este artículo es porque el tema les importa, así que: ¡bien!, ya están en el camino…
Esto no va de teorías, que las hay muchas y muy importantes acerca de los beneficios de la lectura. De sus cualidades para aumentar el vocabulario, potenciar la memoria y estimular la creatividad de nuestros hijos.
Va de un virus contagioso que podemos disfrutar si lo compartimos en familia.
Y es que, por más que nos empeñemos (cuánta razón tiene Daniel Pennac*), el verbo “leer” no soporta el imperativo. De nada sirve que insistamos en que lean si no lo hacen voluntariamente; si no hay recompensa, tampoco la voluntad es siempre innata.
Desde mi propia experiencia como madre, no me canso de evocar y contar cuánto hemos disfrutado mis hijas y yo de la emoción de leer juntas. Mis mejores recuerdos de su infancia están asociados a momentos en los que había alguna lectura compartida. En especial, aquel encuentro en sus camas, al final de la jornada, aquel ritual tejía lazos invisibles que solo con el tiempo comienzas a identificar.
En aquellas lecturas había cuentos, curiosidades, historia y, sobre todo poesía, mucha poesía. Yo les recitaba de memoria las que aprendí de niña y juntas descubrimos también poemas antiguos y modernos, romances, retahílas, adivinanzas y coplas.
Nuestra recompensa, la que estimulaba la voluntad para querer leer de mis hijas y la mía para descubrir nuevas lecturas era, sencillamente, lo bien que lo pasábamos. Es lo que Daniel Pennac llama “la gratuidad”. Recomiendo encarecidamente a los padres y madres que lean su libro titulado “Como una novela”. Y les recomiendo, para leer con nuestros hijos, la colección “De la cuna a la luna”, de Antonio Rubio. Una delicia para compartir. Y también “Abezoo”, de Carlos Reviejo, para descubrir las letras a través de las rimas. Y cualquier título de Gloria Fuertes, les encanta.
Ahora me conecto en “modo bibliotecaria” para recalcar la importancia de elegir buenas lecturas y sugerir algunas vías para llegar hasta ellas:
• Las librerías, las hay especializadas o con una sección infantil bien nutrida donde podemos encontrar buenos títulos, intentando no dejarnos llevar por los escaparates de las novedades más comerciales.
• En Internet hay gran cantidad de páginas y blogs sobre libros infantiles. Uno de los que más me gustan es Biblioabrazo.
• Por supuesto, las bibliotecas. Les animo a que se acerquen con sus niños y niñas a la biblioteca más cercana, o a la que prefieran, y que la hagan suya. Un carné de la biblioteca es para ellos la llave mágica que abre las puertas del conocimiento. La biblioteca, con su ficción de la A a la Z, donde todo es posible. Los niños entienden mejor que los adultos la magia de las bibliotecas.
En especial, las sesiones de cuenta cuentos que suelen organizar son una buena fuente para hacernos con títulos y autores. Los/as narradores/as son grandes especialistas y nos descubren no sólo buenos libros, sino la manera de jugar con ellos para sacarles mayor partido.
Volviendo a la poesía, en la Biblioteca de Arucas estamos desarrollando desde hace tres años un proyecto de poesía en familia que hemos denominado “Versos con chocolate”. Una vez al mes, un grupo de familias se reúne para recitar poemas, romances y retahílas que han practicado previamente en casa, con libros que han llevado prestados de la biblioteca. Esta entrañable sesión en la que hay padres y madres, niños y niñas, abuelos y abuelas que recitan, finaliza con una tradicional merienda a base de pan con chocolate.
Más de 150 familias están participando activamente en esta propuesta, que sigue abierta a nuevas incorporaciones. Fruto de ese proyecto, hemos editado recientemente un libro de poesía infantil que también se titula “Versos con chocolate”, escrito por Pepa Aurora y Yolanda Díaz, dos maestras enamoradas de la poesía como vehículo para conectar con el alma infantil.
Otra iniciativa que emprendimos en el año 2007 fue la campaña que denominamos “Su primera aventura: la lectura”, con la cual establecimos un protocolo de bienvenida ciudadana a los recién nacidos en el municipio de Arucas, a quienes regalamos un lote de libros, un cd con canciones infantiles y, por supuesto, el carné de la biblioteca.
En su artículo “Elogio laico de las bibliotecas”, Antonio Muñoz Molina cuenta la primera visita a la biblioteca con sus hijos y finaliza diciendo que le gustaría pensar que esta visita, al cabo de los años, sería para ellos “uno de esos recuerdos en los que permanece la luz intacta de la infancia”.
Como este artículo quería versar más sobre emociones y sentimientos que sobre teorías, permítanme terminar contando un milagro que viví recientemente. Los adultos vivimos actualmente muy preocupados con el fantasma del Alzheimer y con los vericuetos inexplicables por los que discurre nuestra memoria. Alguien a quien aprecio mucho está sufriendo este proceso y ya no recuerda quién es ni a sus seres más queridos. Buscando algún resquicio por el que llegar hasta él recordé la primera estrofa del que sabía que era su poema preferido desde la infancia. Y comencé a recitar: “Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar…”. Intenten imaginar la escena y pongan toda la emoción y todas las lágrimas, mías y de su familia, en su imaginación. Fueron las que surgieron cuando, inexplicablemente, él continuó el poema sin pausa y sin equivocación hasta el verso final: “Guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento”.
Que disfruten el Día del Libro, tan cercano, regalándose lecturas en familia.•
*Daniel Pennac (Casablanca, 1944)
Profesor de Literatura. Comenzó su actividad literaria escribiendo libros para niños. Conoció la fama gracias a sus novelas sobre la saga de la familia Malaussène, dentro del género de la novela negra.
Su título más famoso es “Como una novela” (1993), un pequeño ensayo de fácil lectura en el que hace una enumeración de los derechos de los lectores. Para esta obra se apoya en su experiencia como docente.
Loly León Donate
Mamá y Bibliotecaria
Biblioteca de Arucas