Nacer de nalgas
Noticia publicada el 25-03-2016
La presentación podálica, o que sea la nalga del bebé en vez de la cabeza lo que esté colocado hacia abajo, ocurre en un 3-4% de los embarazos a término.
A nivel mundial, a partir de un estudio divulgado en el año 2000 en el que se recomendaba que programar la cesárea evitaría posibles complicaciones del parto vaginal de nalgas, la mayoría de los bebés colocados así, nacían por cesárea. Posteriormente comenzaron a publicarse artículos que cuestionaban el estudio, su diseño, su metodología, las conclusiones finales y su validez general. En el 2006 se publicó otro estudio mayor que no mostró diferencias ni en la morbilidad neonatal ni en la mortalidad perinatal entre los partos vaginales de nalgas y las cesáreas. Este estudio, llamado “Premoda”, hizo que los protocolos sobre presentación podálica a término comenzaran a cambiar de nuevo. En el año 2011, la SEGO (Sociedad Española de Ginecologia y Obstetricia) publica su nuevo protocolo para el parto de nalgas, en el que ya no se recomienda la cesárea como primera opción y se establecen los criterios de selección para realizar un parto de nalgas. Los más importantes son los siguientes:
1. Feto con crecimiento intrauterino adecuado y peso estimado inferior a 4kg.
2. Actitud de la cabeza fetal en flexión o indiferente (en ningún caso el bebé puede estar mirando hacia arriba). Determinado mediante ecografía o radiografía una vez que se ha desencadenado el parto.
3. Presentación de nalgas puras (con las piernas hacia arriba, el culo encajado en el canal de parto) o de nalgas completas (ambos pies en el canal de parto).
Ni la edad materna ni el hecho de haber tenido otros hijos anteriormente deben ser factores a tener en cuenta para intentar el parto de nalgas o recomendar la cesárea, y menos programarla.
Es importante, en caso de que se deba hacer una cesárea, que la mujer sepa que se puede realizar una vez desencadenado el parto, en lugar de programarla, ya que el trabajo de parto previo beneficia al bebé en la adaptación al ambiente extrauterino.
En cualquier caso, es importante que las mujeres estén informadas de cuál es la evidencia actual respecto a las opciones que existen, teniendo en cuenta que la mayoría de las mujeres prefieren un parto vaginal, y que el sentimiento ante la noticia de que el bebé está de nalgas es siempre de fiasco.
Haciendo una revisión de la literatura actual nos encontramos con que las opciones que se pueden ofrecer a las mujeres antes de la cesárea son: la técnica de moxibustión y la versión externa (VE), que se pueden realizar en el tercer trimestre del embarazo.
Moxibustión
Es una técnica que se lleva ofreciendo hace tiempo en algunos países. Procede de la medicina tradicional china y consiste en la utilización de un “puro” encendido de una hierba llamada Artemisa Vulgaris. Se coloca cerca del cuadrante externo del dedo meñique de cada pie, más concretamente en el punto de acupuntura denominado Vejiga 67. El calor que produce en esta zona altera el flujo de energía en el útero y en el bebé, favoreciendo y/o estimulando a que se de la vuelta. Según la medicina china, cuando hay tensión materna, ésta se puede ver reflejada en tensión en el útero y los músculos abdominales, no fluyendo la energía en ese chakra. La estimulación en ese punto del dedo meñique del pie con calor haría que fluyera la energía por esos canales, se relajaría la zona y por tanto el bebé se colocaría normalmente.
Esta terapia es bien tolerada en la mayoría de las mujeres, segura y no invasiva. Dando una opción a la mujer antes de la versión externa (Ewis and Olah,2002; Budd,2000).
La terapia de moxibustión se ha usado en China durante cientos de años para dar la vuelta a los bebés que están de nalgas, entre las semanas 33 y 37 de embarazo, con un índice de éxito del 85% al 90% (Cardin and Weixan, 1998).
Revisando los estudios realizados hasta la fecha, examinado la seguridad y eficacia de esta técnica, podemos concluir que:
- Combinada con acunputura o técnicas posturales, es segura y aumenta la posibilidad de que se de la vuelta al bebé.
- Si bien no haya consenso sobre el tiempo, duración de la sesiones, etc., se sabe que realizándola dos veces al día durante dos semanas (entre las semanas 33-35 del embarazo) funciona en 1 de cada 8 mujeres.
- Reduce la necesidad de tener que realizar la versión externa.
Aunque se reconoce la necesidad de más estudios científicos aleatorios que comprueben su verdadera eficacia, está recomendada por la OMS para la presentación podálica del feto y se puede realizar a partir de la semana 32.
La Versión Externa (VE)
Es la técnica que se utiliza para, de manera manual y externa, intentar dar la vuelta al bebé.
La suelen realizar los obstetras y es necesario que el embarazo esté a término. Normalmente suele ser a las 38 semanas. Es necesario administrar un relajante muscular a la mujer.
Las posibilidades de éxito son del 58%. El porcentaje de riesgo grave 0.24% (desprendimiento de placenta o mortalidad del bebé). Otras complicaciones pueden ocurrir en un 6% de los casos (prolapso de cordón, bradicardia fetal).
Se considera un técnica segura pero debe realizarse en un medio hospitalario por si se complica y es necesario hacer cesárea urgente.
La mayoría de los bebés se colocan boca abajo alrededor de la semana 32, pero un 25% de los bebés lo hará más tarde. Algunos en el momento del parto. Es importante que una mamá no pierda la esperanza, y sepa que hay técnicas y posturas para favorecer a que el bebé se dé la vuelta.
Las razones por las que los bebés se colocan de nalgas pueden ser físicas (ej.: forma del útero, cordón corto, problemas médicos) o emocionales ( estrés, preocupaciones). Cuando es por razones físicas o médicas, el bebé probablemente no pueda darse la vuelta. Pero cuando es por razones emocionales, se pueden intentar una serie de “trucos”.
Lo primero que recomiendo a una embarazada cuando me dice que su bebé está de nalgas es preguntarle cuántas semanas de embarazo tiene, porque a veces le dan esta noticia a las 28 semanas y ya les están recomendando una cesárea. Les aconsejo no preocuparse ni pensar en hacer nada hasta la semana 34. Cuanto más tranquila mejor.
En la partería tradicional hay distintas recomendaciones, siempre inocuas, las cuales se pueden intentar en cualquiera de los casos:
• Realizar distintas posturas, durante 20 minutos, dos veces al día como mínimo:
- Cuadrupedia (cuatro patas sobre una pelota grande) y hacer movimientos suaves de balanceo.
- Colocarse elevando las caderas por encima del pecho (postura de rezo o boca arriba con cojines debajo de las nalgas).
- Gatear (con rodilleras).
• Ponerse una campanita, “llamador de ángeles o bola”, colgado por debajo del ombligo. La sensación de vibración y el sonido pueden hacer al bebé dirigirse hacia abajo.
• Cantarle. La resonancia que se produce en las caderas hace que vaya hacia esa zona.
• Hablarle, visualizarle boca abajo, pedirle que se coloque.
• Masajear el vientre indicándole el bebé el camino.
• Poner frío en la zona más alta del útero, hará que el bebé quiera evitar el frío.
• En un medio acuático, encontrase con otra embarazada que su bebé este colocado de cabeza.
Pero sobre todo, mucha confianza y no perder la esperanza.•
Laura Moya
Matrona
www.blossomcentromaternal.com