No grites
Noticia publicada el 15-03-2016
Gritar a nuestros hijos es una de las peores cosas que nos ocurren como padres y madres. Te sientes el ser más despreciable de la tierra y la culpa cae sobre tus espaldas como un tráiler cargado de cemento. En esos momentos, te odias pero no puedes controlarlo. ¿O sí?
Sí que se puede, pero debes estar convencido de que se puede educar a tus hijos sin usarlos, pase lo que pase y se ponga como se ponga tu hijo.
Aquí te muestro 7 cosas que debes saber para no gritar más a tus hijos:
1. Gritas por ti. Porque no aguantas más. Porque te encuentras abrumado y estallas. No culpes a tu hijo y hazte responsable de tus gritos. Si tu no quieres, no gritas.
2. No es lo mismo tu estado de ánimo y tu nivel de paciencia a la hora del desayuno que a las siete de la tarde. Tenlo en cuenta para que estés más pendiente de las señales previas a los gritos.
3. Debes saber que cuando estamos estresados, enfadados o desesperados la parte del cerebro racional se desconecta, dejándonos a solas con nuestros sentimientos más primitivos. En esos momentos, no puedes ser flexible, tener mano izquierda, pensar en alternativas al castigo y mostrar empatía, por lo que debes alejarte de tus hijos. Puedes pedir a tu pareja, un familiar o a tu vecina, que eche un vistazo a tu niño pequeño porque necesitas calmarte y te metes en el baño y lloras, gritas o te duchas . Si son más grandes, reconócelo abiertamente: “Estoy muy enfadada, cuando me calme hablamos de lo que ha sucedido” y te marchas a preparar la cena o te pones un cartel “Mamá está a punto de estallar. No hablar con ella”. Cualquier cosa menos intervenir.
4. Olvida la creencia de que si no actúas cuando tu hijo se porta mal, estás maleducando. Lo importante es abordar el asunto pero cuando ambas partes están calmadas. Si tú estás enfadado, no serás coherente ni respetuoso y ni siguiera efectivo y tu hijo tampoco estará predispuesto a aprender si se mantiene enfadado. Estar calmado es el primer paso para abordar conflictos. Así que esta es la regla estrella. Si estás enfadado o a punto de perder la paciencia, PARA.
5. Gritar, estar enfadado, cansado e incluso harto es natural y sano. Por algún lado deben salir las tensiones acumuladas, pero lo que uno debe corregir es lo que hacemos bajo ese estado a otros. Permítete enfadarte pero no lo pagues con nadie y menos con tus hijos.
6. Las personas que no suelen gritar son personas que se conocen y se regulan antes de perder el control. No son superhéroes.
7. Si haces esto tus hijos aprenderán lo que es el autocontrol, también que cada uno tiene su propio límite y que ellos deberán conocer cual es el suyo para no hacer daño a nada ni a nadie cuando estén enfadados.
¿Lo intentamos?