Lactancia en tándem
Noticia publicada el 28-11-2018
Cuando una mamá lactante queda nuevamente embarazada suele pensar que debe destetar a su hijo mayor antes de que llegue el hermanito o hermanita pero... ¿ y si ese no es realmente su deseo?. Amamantar a dos hijos de diferentes edades a la vez se puede, se hace y ¡tiene nombre! Se llama “lactancia en tándem”.
Es una decisión muy trascendental que afecta tanto a la madre como a los bebés, al que está amamantando y al que está por venir. Se dicen muchas cosas que nos hacen dudar, así que entrevistamos a Alice Broudin, asesora de lactancia y madre de 3 hijos, que lleva 5 años de lactancia continua y, uno y medio en tándem, para responder a algunas de las preguntas que suelen invadir a las mujeres que se encuentran en esta situación.
Durante el embarazo los pechos suelen estar muy sensibles ¿es tolerable seguir dando de mamar durante este periodo?
En un segundo embarazo, normalmente los pechos no se sienten tan sensibles como en el primero. Lo que sí puede molestar es cuando nos cogen la teta y la agarran con fuerza, porque las glándulas mamarias se inflan de nuevo, pero no es algo insoportable.
Si bien la leche se adapta a las necesidades del lactante ¿A qué bebé se adapta amamantando a dos de diferentes edades?
Hasta los 8 meses de embarazo, aproximadamente, se mantendrá la leche de continuación, adecuada a la edad que tenga tu bebé. En el tercer trimestre de embarazo notarás una reducción en la cantidad de leche. Eso hace que algunos niños se desteten o la madre decida destetar porque le cuesta más amamantar. Lo que sucede es que el “reloj biológico” está volviendo a empezar, “poniéndose en hora” para el bebé en camino.
A veces, la disminución en el volumen de leche coincide con un pico de crecimiento del niño mayor y no se consigue responder a su demanda. Esto puede producir mucha angustia, agitación de amamantamiento, frustración por no saciar a tu bebé, escozor... En este caso, puedes destetarlo temporalmente (unas semanas) hasta que nazca su hermanito o hermanita y después retomar.
El sabor de la leche tambien cambia, se vuelve más salada y esto también puede llevar a un destete, aunque, por lo contrario hay niños que maman sin parar, es cuestión de gustos.
¿Puedo correr riesgo de aborto amamantando embarazada por la producción de oxitocina?
Es cierto que la oxitocina es la encargada de estimular y mantener las contracciones del útero durante el parto, pero los receptores específicos de esta hormona en el útero no aumentan hasta el final del embarazo, por lo que la liberación de oxitocina que se produce al estimular el pecho durante el amamantamiento no provoca contracciones uterinas ni riesgo de ningún tipo.
Lo que hay que cuidar es el estado de ánimo. Los primeros meses suelen ser un poco agotadores porque a los malestares del embarazo, la sensibilidad en los pezones, las dudas de si lo vamos a conseguir o se va a destetar hay que sumar los comentarios ajenos... puedes verte afectada. Incluso, a veces cuesta decir que estás embarazada por temor a esos comentarios. Y este estado sí puede afectar negativamente a tu producción de oxitocina y a tu embarazo.
Solo en caso de tener un embarazo de riesgo, o una sospecha de parto prematuro se recomendaría suspender la lactancia.
Y si consigo que mi hijo mayor siga mamando todo el embarazo ¿No le hará mal el calostro que mi cuerpo produzca para el que está por nacer?
No, todo lo contrario. El niño que siga mamando a pesar de la disminución de la leche y que siga mamando incluso el calostro será más fuerte, reforzará aun más su sistema inmune. Lo que sí puedes encontrar es que empiece a hacer caquita como de recién nacido, ya que el calostro, entre todas sus cualidades, es laxante (para que el recién nacido limpie su sistema digestivo). Así que, ten en cuenta que hará más caquitas que habitualmente, incluso pueda parecerte que tiene diarrea, pero es por el efecto del calostro.
¿La estimulación mamaria del mayor no hará que sea mucha leche para el recién nacido y se atragante? ¿Debo limitar las tomas del mayor?
La estimulación mamaria del mayor ayudará a regular las tomas de los dos. La hormona FIL (factor inhibidor de la lactancia), una hormona que actúa localmente para controlar la secreción de la leche, estará regulada en abundancia, por lo que siempre habrá leche suficiente para los dos. El pico de crecimiento de los 15 días del recién nacido, probablemente no lo notarás porque tu pecho ya está regulado. Sí notarás los pechos mucho más llenos y grandes que en tu primer lactancia pero la subida de la leche la pasarás mejor. Es menos probable sufrir ingurgitaciones gracias al buen vaciado del pecho que hace el bebé mayor.
Si vemos que los pechos están muy cargados y duros y esto complica la succión del recién nacido, podemos darle “un chupito” al mayor para descargar un poco la teta antes de ofrecérsela al peque. ¡Tu hijo mayor se convertirá en tu mejor sacaleches!
Poco a poco la lactancia irá tomando su curso, se irá adaptando a las necesidades de cada uno, priorizando siempre las del más pequeño.
¿Debo tomar algún suplemento o cambiar mi dieta para poder con los dos?
Absolutamente para nada. Escucha tu cuerpo, si te apetece comerte un kilo de naranjas, cómetelo. Sigue los controles con tu matrona y hazte los análisis de sangre de cada trimestre y si te hace falta algo, te lo indicarán. De lo que tendrás necesidad es de tomar muchísima agua, te lo pedirá el cuerpo y es totalmente normal, debido al aumento de los niveles de oxitocina.
¿Cómo organizo las tomas? ¿se puede asignar un pecho a cada hermano?
A mí lo que más me costó fue la noche porque cada vez que me levantaba para amamantar al peque el mayor me olía y se despertaba gritando. Eso fue muy frustrante, no sabes qué hacer. Tú piensas que él es el mayor y tiene que entender que tienes que amamantar al recién nacido, pero no deja de ser un bebé también. A base de mucha paciencia y la ayuda de mi pareja, lo conseguimos.
Ofrecer un pecho a cada bebé puede ser una manera de decirle al mayor que aunque haya nacido su hermanito o hermanita, ese pecho seguirá siendo suyo. Aunque realmente haya momentos en que también le des de ese pecho al más pequeño.
¿Debo limpiar el pecho donde mamó el mayor antes de amamantar al recién nacido?
No es necesario limpiar el pecho antes de las tomas. Existen en la areola unas glándulas sebáceas muy gordas (tubérculos de Montgomery) que producen sustancias protectoras, además la glándula mamaria produce leche con anticuerpos, con factor de crecimiento epidérmico, con numerosos factores antiinflamatorios... no hay nada que limpiar. Estas glándulas se encargan de mantener limpios e hidratados los pezones.
¿Y si no puedo con todo? a veces me aterra que el mayor me pida el pecho, no me apetezca darle y me sienta culpable...
Respira. Es importante disfrutarlo. Si ves que te sientes alterada por la demanda del mayor o por los picos de crecimiento del pequeño, respira. Cuando yo veía que ya no podía más, me acostaba en la cama, y ponía a los dos al pecho e intentaba desconectar y olvidarme un poco de todo y así conseguía seguir. Es intenso y a la vez maravilloso.•
Alice Broudin
Mamá amamantando en tándem
Asesora de lactancia
Facebook: Ecochinijos
www.ecochinijos.com
Mi aventura “tándem”
Cuando nació mi hija mayor sentí eso que gritamos a los cuatro vientos algunas madres primerizas, que no se puede amar más de lo que la amaba a ella. Pero durante los últimos meses de mi segundo embarazo, pensaba y repensaba con algo de inquietud “¿cómo iba a dividir ese amor para las dos?”. Semanas antes de parir, una de mis “lindas personas”, selló la conversación diciendo con gran afirmación: “tu amor de madre no se dividirá, se multiplicará”. Así, multiplicada, empezó nuestra aventura de lactancia en tándem. Lactancia que yo deseaba cada vez con más ilusión porque pasaban los meses de embarazo y mi hija mayor seguía queriendo mamar. Lactancia donde me imaginaba como una mamífera con su dos niñas, alimentándolas a la vez, sintiéndome poderosa al conseguirlo. Al fin y al cabo, lactancia que había idealizado.
La misma tarde del día que di a luz, la primera y única visita al hospital fue la de mi niña ¡Deseaba tanto verla, besarla y, sobre todo, amamantarla!. Espontáneamente corrió hacia mí y se trepó por la cama buscando tetita sin darse cuenta de que su hermanita estaba enganchada ya en la otra. Mágicamente, empezó a mamar, la miró fijamente y de manera tan natural la acarició, sin más. Las dos allí entre mis brazos... fue absolutamente maravilloso.
Hasta que apareció la realidad...
Una vez en casa, y puérpera perdida, me vi a solas, las tres. La burbuja de amor y felicidad en la que estuve inmersa esos dos primeros días fue desinflándose cuando mi bebé recién nacida, de repente, según aumentó la demanda, empezó a mamar mal. Mi otra hija se desesperaba porque no la atendía como siempre y tenía que esperar a que pudiésemos acomodarnos las tres. Almohadas, cojines, niñas, llantos... y para colmo, pechos como piedras, y el remate: la bebé con frenillo sublingual. Pasé tres semanas de pesadilla y entré en desesperación. Lloraba a todas horas, además del brutal “babyblues”, sentía un fracaso total con la lactancia. No veía cómo cuadrar a las niñas para las tomas, cómo colocarlas, a la pequeña con postura especial y corrigiendo su boquita constantemente por su frenillo; la mayor parecía que veía una “barra libre” porque la producción era muy abundante, y mis pechos cada vez más ingurgitados porque una mamaba como loca y la otra no vaciaba bien.
Escribí a todas las que conocía que hicieron o hacían tándem, le lloraba a mi mejor amiga todos los días por teléfono, acudí a mis lindas chicas de la ACPLM. Recurrí a mucha gente, hasta que entendí que con calma, y muchísima paciencia, debía encontrar mi manera de hacerlo, porque cada lactancia es un mundo...
Han pasado las semanas y empiezo a ver la luz. A normalizar todo, a equilibrarnos las tres y re-conocernos... le voy pillando el truco y me las apaño cada día mejor. Nadie sino yo podía encontrar el equilibrio con mis hijas, pero eché en falta saber más sobre tándem, tener contacto con otras madres que lo hicieran, profesionales que supieran ayudarme... Mucho grupo de lactancia, mucha tribu de mujeres, mucha paciencia y el apoyo incondicional de mi pareja han sido los que han salvado mi recién y corto tándem en el que seguimos trabajando, aprendiendo, renaciendo y sobre todo ¡con amor multiplicado!•
Rut León García
Mamá amamantando en tándem