La llegada de mi hermanita
Noticia publicada el 16-08-2016
Todos nos advirtieron de que este momento podría llegar, que si la pelusilla, que si los celos... La cosa es que hemos pasado unos meses maravillosos disfrutando de nuestro embarazo, haciendo partícipe a nuestro hijo/a de todas las novedades que iban a acontecer. El nombre de su hermana, los cambios en la casa. Nos hemos deshecho en explicaciones de cómo será la nueva situación y hasta hemos leído cuentos sobre “la llegada del hermanito” o “la tripita de mamá”. Y es que hasta nosotros mismos nos hemos cansado de oir durante los 9 meses como familiares y amigos se dirigían con cariño a nuestro pequeño con frases como: “¡ahora serás el hermano mayor!” “¡seguro que la vas a cuidar muy bien!” ,“¿vas a ayudar a papá y mamá?”
Y por fin nace el hermanito/a, todos vivimos ahora en una nube idílica familiar hasta que… un día, el hermano mayor empieza a estar más nervioso, más inquieto, llora sin motivo aparente, se enfada más fácilmente y… llega el ¡encrespe de nervios familiar!, ¿estaremos haciendo algo mal?, ¿por qué mi hijo/a se comporta diferente?, ¿será otra etapa?, ¿ha cambiado?, ¿estará celoso?
Pero vamos a olvidarnos de todas esas preguntas, para así poder centrarnos en una, solamente:
¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?
A pesar del amor que sintamos como padres, los niños/as en la mayoría de los casos, tarde o temprano, sentirán celos que se pueden manifestar de mil formas teniendo en cuenta que cada niño/a y familia es distinta. Estos celos son naturales, especialmente entre hermanos, que comparten las cosas más íntimas e importantes de la vida. Nuestro hijo/a mayor fue hasta hace poco único en su título de hijo y tuvo sus padres en exclusiva, juntos formaron una triada perfecta para el/ella y como es normal, recibía todas las atenciones de la familia.
Con la llegada del nuevo integrante las cosas cambian y, poco a poco, se irán organizando hasta encontrar un nuevo equilibrio. Mientras, he recogido consejos y propuestas que creo pueden serles de utilidad en esta nueva etapa. Que las pongan en práctica y sobretodo, que les funcionen:
Exclusividad: A todos nos encanta que nos escuchen, que nos miren mientras contamos algo importante para nosotros, a todos nos encanta disfrutar de un ratito de atención y exclusividad. Podría ser una buena idea hacer alguna actividad a solas con nuestro hijo/a mayor. Un rato de juegos, un baño relajado, cocinar juntos, ir a tomar algo rico a una cafetería o simplemente ir a hacer cualquier recado rutinario, comprar el pan, por ejemplo. Lo importante, en cualquiera de los casos, es no detenernos a hablar largo rato con todo aquel que encontremos. La finalidad es tener atención y diálogo continuo con y para él/ella, que pueda expresarse y se sienta escuchado y especial.
Participación: Por muy pequeño que sea siempre podrá hacer algo para sentirse partícipe en los cuidados de su hermano/a. Alcanzar un nuevo pañal, ayudar sacando las toallitas, incluso ayudar a bañar al nuevo bebé o vestirlo. Mostremos confianza en sus actos, aunque puedan parecer un poco bruscos. Nuestros hijos pueden hacer muchas cosas (no del mismo modo que las haríamos nosotros) pero no por ello puede pasar nada. Los bebés son muy frágiles pero ninguno está expuesto al peligro por tener un calcetín al revés.
Ocuparlos: Habrá momentos en que el bebé necesitará mucha atención. Podemos tener reservados ciertos juguetes o planes atractivos para esas ocasiones. De este modo, el hermano/a mayor estará distraído, ocupado y entretenido, y no se sentirá desplazado.
Pedir ayuda: Si la situación lo permite, podemos acudir a familiares de confianza o amigos para tener un ratito disponible, papá y mamá a solas con el mayor. No hace falta que sea una tarde entera, algo tan sencillo como una siesta larga de nuestro nuevo pequeño es suficiente para poder ir juntos a algún sitio cerca de casa que pueda ser atractivo para él o ella.
Lecturas: La hora del cuento es un momento mágico para los niños/as, ahí tenemos otra posibilidad de tiempo en exclusiva juntos, y lo mejor, que podemos aprovechar para leer cuentos e historias que hagan referencia a la familia, lo maravillosa que es y lo divertido que puede ser hacer cosas todos juntos.
Recuerden: Cualquier fórmula exitosa siempre va acompañada de paciencia y buen humor.•
Edurne Cabrera Ll.
Mamá
Maestra especializada en Educación Infantil
Educadora de familias en Disciplina Positiva