De Madre a Madre

Noticia publicada el 06-08-2016

Mi primera visita a un grupo de apoyo a la lactancia materna no fue por mí y mi bebé. Me dolía un poco dar de mamar… pero bueno, en aquel entonces yo pensaba que era lo normal y es lo que me habían dicho. Fui para acompañar a una amiga porque su bebé no subía de peso.

Si no hubiese sido por querer ayudarla, quizás tampoco hubiera ido, porque en principio no tenía grandes problemas, o eso creía yo, ya que mi bebé subía bien de peso y dormía lo que se esperaba de él.

El día que fuimos nos encontramos a un grupo de mamis con bebés recién nacidos, otros más granditos y una monitora de lactancia. Todas nos presentamos: nosotras y nuestros bebés. Me encantó la dinámica. Se valoraron las urgencias, las dudas y se compartieron experiencias. Este fue mi primer acercamiento con la lactancia “en compañía”.

Me enamoré.

Un grupo de mujeres que compartía sin juicios, con amor, toda su sabiduría y experiencias. A partir de ese momento me animé a ir a más grupos de lactancia e invité a acompañarme a otras amigas que podían o no tener problemas, pero siempre dudas.
Hoy más que nunca necesitamos estos espacios, sobre todo durante la maternidad. Espacios de confianza, en tribu, para afianzar nuestras creencias y solucionar nuestras dudas. Para hablar sin tabúes de lo que sentimos o nos preocupa, para que nos escuchen con respeto y sin etiquetas. Compartir con otras familias que están pasando por el mismo proceso que nosotras o lo han pasado hace unos meses y pueden acompañarnos en nuestros nuevos retos.

Vivimos en una sociedad individualizada, con familias reducidas, en la era de la tecnología, sin apoyo de igual a igual cuando más lo necesitas. Los grupos son una opción de humanizar más la maternidad y el momento tan delicado por el que se atraviesa.

Justamente lo que los grupos de apoyo a la lactancia materna quieren recuperar es la esencia de la tribu. El hecho de pertenecer a un grupo de iguales donde nos apoyamos, nos guiamos y nos nutrimos unos a otros durante los primeros años de nuestros hijos.

La maternidad es un momento de cambios. Es lo más bonito que vamos a vivir en nuestra vida, pero también es una revolución de nuestras rutinas, responsabilidades y muchas veces conlleva decepciones. Las expectativas de un embarazo bueno, un parto natural, una pareja amorosa, una familia respetuosa, una lactancia feliz o un bebé que duerme y deja descansar, pueden verse truncadas al toparnos con otra realidad. En ese momento es cuando la tribu más falta nos hace.

Necesitamos apoyo y es bueno saber pedir ayuda o consejo. La maternidad nos trae ese aprendizaje tan valioso. Nadie pone en duda que seamos mujeres fuertes, valientes e inteligentes, no obstante, no hemos aprendido a alimentar a un recién nacido que tiene grandes demandas, puesto que durante nuestra infancia no había tanta cultura de la lactancia materna. No es algo tan natural para nosotras como lo fue para nuestras abuelas.

A los grupos puedes venir tanto embarazada como después de dar a luz, puedes venir con tu bebé de días o meses. Puedes venir pidiendo ayuda para que el bebé coja el pecho, para evitar que te duela, o más adelante cuando quieres dejar de amamantar.

También puedes acudir por el simple hecho de querer compartir  tus anécdotas o un ratito agradable con más mamás y bebés.
Es aconsejable que la mujer acuda desde el embarazo, sobre las 30 semanas, para que pueda resolver futuras dudas desde el primer contacto con su bebé, tenga referentes visuales de cómo debe mamar su recién nacido e información en general. Además tener un grupo de apoyo de confianza desde el inicio, favorece que la madre vaya desde la primera semana con la ilusión de presentar a su bebé a sus compañeras y pueda fluir su lactancia con más naturalidad para que sea todo un proceso más sencillo.

Los grupos de apoyo a la lactancia materna son gratuitos y abiertos, puedes ir con un acompañante o tu pareja. Un espacio agradable donde se comparte y se informa sobre lactancia materna.

Actualmente existen grupos en casi todas las islas, más de una treintena de grupos, en diferentes días y horarios, para facilitarle a la familia la cercanía. Cada vez tenemos más.

Podemos pensar que no necesitamos ir a un grupo de apoyo a la lactancia o que ya iremos cuando nos duela menos el pecho y el bebé no llore tanto. Muchas de las mujeres que participamos en los grupos empezamos por alguna razón y lo que vas a conseguir en ellos es apoyo y buen asesoramiento.

Se puede sacar mucho de esa experiencia, como me pasó a mí, si duele es porque hay algo que corregir. Dar de mamar no duele, no tiene por qué doler. Si duele es porque algo no está bien del todo y siempre se puede mejorar.

Si estás embarazada, eres madre de un bebé o no está fluyendo tu lactancia como quisieras, puedes acercarte a un grupo de apoyo a la lactancia materna, tienes un hueco entre nosotras, en nuestra tribu. Nos encantará que compartas con nosotras/os tu experiencia.•

Sofía Pagel
Madre y Monitora de Lactancia Materna
Asociación Proyecto Besana
besanatenerife.blogspot.com.es

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