Vuelta de cordón

Noticia publicada el 02-05-2016

"El parto fue difícil porque traía dos vueltas de cordón..."

"Fue una cesárea porque tenía vueltas de cordón..."

¿Cuántas veces has escuchado decir frases similares a estas? Seguro más de una, ya que es uno de los temas habitualmente comentados con preocupación en torno al parto. De hecho, es un asunto que puede preocupar a las mamás embarazadas, temerosas de que las vueltas de cordón puedan causar algún perjuicio en su bebé a la hora del parto. Pero, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad en estas afirmaciones?

El cordón umbilical es la estructura mediante la cual están comunicados el binomio placenta-bebé. Está formado por dos arterias y una vena, y es la vía de transporte de la sangre proveniente de la placenta, rica en oxígeno y nutrientes, hacia el bebé, y viceversa. Suele medir de media unos 55 cm de largo y 1 ó 2 cm de diámetro, aunque esta medida es variable, pudiendo ser más largo o más corto. Las arterias y la vena están cubiertas por una sustancia denominada gelatina de Wharton, que les proporciona protección.

¿Qué son las vueltas de cordón y porqué se forman?
Las denominadas vueltas de cordón, o circulares, no son otra cosa que el cordón umbilical colocado alrededor del bebé. Puede ser alrededor del cuello, pero también alrededor del tronco o de una extremidad. Se forman debido a los movimientos que hace el bebé en el interior del útero materno, y aunque están presentes en un porcentaje importante (se cree que más del 30% de los bebés trae alguna vuelta de cordón), generalmente, la gran mayoría de las veces suelen estar laxas y no dificultan en manera alguna el nacimiento. Es extremadamente infrecuente que el cordón esté tan apretado como para realmente impedir el nacimiento o producir asfixia.


¿Qué pasa en el parto si el bebé trae vueltas de cordón?
Pues, lo más habitual es que... ¡nada! Puede haber casos extremos y muy poco habituales en los que el cordón cause algún perjuicio para el bebé, sea demasiado corto, o haya muchas circulares alrededor del cuello y que durante el parto esto realmente impida el descenso del bebé, pero la prevalencia es extremadamente baja.

Sin embargo, habitualmente, y aún hoy en día, en la mayoría de las escuelas de matronas de nuestro entorno se sigue enseñando a tomar una actitud activa y rutinaria en el manejo de todas las vueltas de cordón, no basada en la evidencia científica. Suele recomendarse que, durante el parto, cuando sale la cabeza del bebé, se debe comprobar si existen vueltas de cordón alrededor del cuello, y en tal caso, reducirlas, es decir, sacarlas por delante de la cabeza. En el caso extremo de no poder reducir las vueltas, y que el bebé no saliera por esta causa, teóricamente habría que pinzar y cortar el cordón, lo cual no es nada recomendable ni aconsejable.

La maniobra de comprobar y reducir de manera sistemática las vueltas de cordón antes de que el bebé haya nacido no se basa en ninguna evidencia científica, y además, produce incomodidad y dolor en la madre, puesto que habitualmente no se lo espera y muchas veces el profesional asistente el parto no lo ha comentado con anterioridad, por lo que suele ser sin consentimiento previo. Asimismo, parece ser que el hecho de retirar las vueltas por delante de la cabeza del bebé sí podría tener algunos riesgos. Por ejemplo, por citar algunos, los estudios sugieren que al manipular el cordón, se estimula la vasoconstricción de las arterias umbilicales, reduciendo la circulación sanguínea. Además, traccionar del cordón umbilical para reducir la circular, también crea una tensión que puede aumentar el riesgo de que se rompa y que haya sangrado neonatal posterior. El efecto real de traccionar del cordón no se conoce aún en profundidad y por tanto no puede ser predicho (sí se conoce el caso de cordones que se han roto como resultado directo de esta intervención, comprometiendo al bebé, a la madre y al profesional).  Por otro lado, la intervención de clampar y cortar el cordón cuando el cuerpo del bebé está aún dentro, tiene riesgos serios y claros, y debe evitarse a toda costa.

No existe evidencia científica disponible a día de hoy que apoye el corte rutinario de las vueltas de cordón apretadas. Al cortar el cordón en este momento, se está produciendo una interrupción brusca del aporte de sangre rica en oxígeno proveniente de la placenta, con lo cual se impide la transfusión de la sangre de la placenta hacia el bebé que se produce tras el nacimiento, y la adaptación a la vida extrauterina es mucho más brusca, con los importantes riesgos e implicaciones que puede conllevar.

¿Cuál debe ser el manejo adecuado de las vueltas del cordón umbilical?
Pues acorde con la evidencia científica disponible, lo más recomendable es mantenerse expectante, y realizar la mínima intervención posible. Esperar, dar la oportunidad de que el nacimiento se produzca de forma espontánea, y actuar sólo en caso realmente necesario. En la amplia mayoría de las veces, el parto se va a producir con total normalidad aunque haya vueltas de cordón y no va a ser necesaria ningún tipo de maniobra, sólo dejar que el bebé nazca, y una vez fuera quitar las vueltas de cordón que estuvieran alrededor del bebé. En caso de que realmente las vueltas de cordón o un cordón corto esté impidiendo la salida del bebé, existe una maniobra para su manejo, llamada la “voltereta” o “somersault”. Fue descrita por primera vez en 1991 como una alternativa para el manejo de un cordón corto sin tener que cortarlo.

Los pasos a realizar serían los siguientes:
1. Permitir la salida lenta de los hombros sin manipulación del cordón.
2. Flexión de la cabeza del recién nacido hacia el muslo de la madre, mientras los hombros se desprenden.
3. La cabeza se mantiene cercana al periné, dejando que el cuerpo realice una “voltereta” con los pies dirigidos hacia los pies de la madre. Una vez fuera, la circular se retira. Aunque de entrada puede ser difícil de visualizar, es una maniobra muy sencilla y efectiva, acorde con el modelo de cuidado no intervencionista de las matronas durante el parto normal.

En definitiva, podemos decir que las vueltas de cordón se presentan en un porcentaje considerable de nacimientos y que la amplísima mayoría de las veces no suponen ningún problema para el parto o el bienestar fetal y neonatal. Lo más adecuado es mantenerse expectante, permitir que el bebé nazca sin manipular las vueltas de cordón, y una vez fuera retirarlas. Para casos en los que la vuelta o cordón corto impidan la salida completa del cuerpo del bebé, podemos utilizar la maniobra de la “voltereta” o “somersault”, que es un buen recurso para resolver este tipo de situaciones, protegiendo la fisiología del parto, acorde con el modelo de cuidado de baja intervención por el que se caracterizan las matronas durante los partos normales.

¡Mantener intacto el cordón umbilical y realizar su pinzamiento tardío es de vital importancia y una garantía de salud y bienestar para tu bebé en el momento de su nacimiento, brindándole una llegada lo más progresiva y amorosa posible a este mundo!•


Sara Barreto Ramos
Matrona

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