Terapia craneosacral

Noticia publicada el 20-11-2015

Antes de ser fisioterapeuta, terapeuta manual e incluso papá, soy un ser humano que siente. Y nunca sentí tanto el deseo de ayudar a un bebé como cuando nació mi primera hija, Martina, en un parto podálico (de nalgas). Si fue un proceso estresante para mi mujer y para mí, imagínense como fue para Martina.
Por ello, uno de mis objetivos es hacer llegar a todos los papás, o a quienes están a punto de serlo, lo beneficioso de alinear todas esas tensiones que pueden padecer los bebés durante el embarazo y, sobretodo, tras el parto.

¿Qué es la terapia craneosacral?
Se trata de un sistema de terapia manual suave y profundo con el objetivo de evaluar y estimular el sistema cráneo sacro de nuestro cuerpo. Este sistema lo componen las membranas y líquido cefalorraquídeo que rodean y protegen el cerebro y médula espinal. Usando las manos con mucha sensibilidad liberamos tensiones para equilibrar el funcionamiento del sistema nervioso.

¿Cómo funciona?
Durante la sesión, el bebé siente el contacto ligero de las manos del terapeuta entrenado en escuchar los movimientos sutiles del cuerpo, sus ritmos, pulsaciones y patrones de congestión y resistencia. Es el mismo sistema del bebé el que lleva la directriz de su proceso de curación y se desarrolla ya sea en la camilla, en los brazos de mamá e incluso estando al pecho, ya que es vital empatizar con el deseo del bebé en todo momento y ganarnos su confianza para facilitar un mejor desarrollo de la sesión.
En respuesta a golpes físicos, o tensiones (principalmente en el momento del parto), problemas emocionales, etc. los tejidos del cuerpo se contraen. Cuando se trabaja para liberar esas tensiones, se libera también la energía que antes se utilizaba para mantener la contracción. Por lo tanto, uno de los beneficios de esta forma de terapia corporal es aumentar nuestro nivel de energía, llegando también a producir una relajación más profunda.

 

“Todos los niños nacidos en un parto difícil deberían recibir un control osteopático”



Origen de las lesiones
Durante el embarazo, las lesiones que puede sufrir el bebé pueden deberse a causas físicas (como por ejemplo una falta de movilidad en embarazos múltiples, malformaciones en el útero, útero pequeño o lesiones en la región lumbosacra) o causas psíquico-emocionales (sensación de intenso pánico por parte de la madre que puede percibir el bebé).
Sin embargo, la mayor parte de las lesiones de los pequeños se producen durante el parto. Hemos de saber que el primer masaje que recibe el bebé en todos los sistemas es el momento del nacimiento debido a las importantes contracciones que recibe en el momento de nacer. Su pequeña cabecita tiene que soportar grandes fuerzas de compresión.

¿A quién puede beneficiar?
Partiendo de la premisa de que el bebé es un ser consciente y sensible capaz de generar emociones, sensaciones y sentimientos podemos decir que la terapia craneosacral puede beneficiar a todo bebé independientemente de cómo haya sido el parto.
Sin embargo, deberían recibir un control osteopático todos los niños nacidos después de un parto difícil, demasiado largo o demasiado corto, un parto provocado, acelerado o detenido, un parto con instrumentos (fórceps), un parto de cara o de nalgas, un parto por cesárea (prevista o de urgencia), o un parto en presentación atravesada. También puede aportar grandes beneficios en casos de vuelta de cordón alrededor del cuello, encaje prolongado del cráneo en el canal del parto o aplicación de anestesia epidural u oxitocina artificial o sintética.

¿Cuándo empezar?
Es importante saber que cuanto antes se comience con el tratamiento mas rápida será la evolución. Imaginemos un parto complicado de los anteriormente descritos. Si las presiones y tensiones que recibimos durante el parto no se resuelven, toda la estructura se organizará en torno a esas tensiones haciendo compensaciones y a usar una gran cantidad de energía en sostenerlas. El objetivo del tratamiento será ir deshaciéndolas gradualmente. Generalmente, cuando empiezan precozmente, con dos o tres sesiones suelen responder bastante bien.

Las indicaciones en el bebé son:
Evidentemente, un bebé recién nacido no maneja aún el lenguaje, pero puede comunicarse perfectamente con nosotros. Un bebé que llora aún estando alimentado, con  el pañal limpio, o sin tener signos de frío o calor, probablemente quiera decirnos algo. Al igual que en los casos en los que están con lactancia materna exclusiva y demuestran una demanda excesiva del pecho buscando, en muchas ocasiones,  calmar dicha tensión (ya que el succionar les puede aliviar las posibles tensiones de su cabecita). Signos como el ceño fruncido, puños continuamente cerrados, o expresión de enfado pueden ser algunos indicios de estas tensiones que convendría liberar.
Otras indicaciones de la terapia craneosacral serían las de aliviar el reflujo gastroesofágico (buches, cólicos, estreñimiento, gases, hipo persistente), tortícolis congénita, problemas para dormir, diferencia de fuerza o movimiento entre los dos lados del cuerpo, problemas intestinales o gástricos, alteraciones en la forma del cráneo, infecciones repetitivas, otitis, lagrimal obstruido o problemas para succionar.

Como dice Viola Frymann, una de las osteópatas europeas con mas experiencias en Pediatría: “solo buscando en el pasado podemos empezar a comprender el presente y desarrollar una estrategia para mejorar el futuro”. Es decir, resolviendo estas primeras tensiones en los bebés estaremos previniendo futuras alteraciones y enfermedades. Por lo que, cuanto más precozmente se inicie el tratamiento antes podrá disfrutar de los beneficios de esta terapia.•


David C. García Martín
Fisioterapeuta
Experto en terapia manual en pediatría
www.terapiacraneosacralparabebes.es

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