¡Cómo saber si estoy de parto?

Noticia publicada el 28-09-2015

Las semanas previas a tu parto comenzarás a sentir los ‘Pródromos de parto”, una serie de señales que indican que el gran día se acerca.

Sin duda, el embarazo es un precioso periodo de descubrimientos e intensas emociones. Vivimos en constante sorpresa, nuestro cuerpo cambia, nuestras emociones fluctúan, todo se siente más a flor de piel... Sin embargo, en muchas ocasiones afloran también preocupaciones, miedos e incertidumbre frente a lo desconocido... Y surgen las preguntas, muchas preguntas. Las más frecuentes al acercarse el final del embarazo son... ¿cuándo sabré que estoy de parto? ¿Identificaré las contracciones? ¿Cuándo tendré que ir al hospital?

En una fase previa al parto, llamada también pródromos de parto, se empiezan a sentir una serie de señales que pueden hacernos creer que el parto ha comenzado, pero la realidad no es esa. Muchas mujeres, particularmente las primerizas, acuden al hospital antes de tiempo y tienen la sensación, incluso, de que el parto se alarga, cuando en realidad ni siquiera ha comenzado.

La pregunta exacta, entonces, sería ¿qué ocurre durante los pródromos o fase previa del parto?

Durante las semanas previas al parto, comenzarás a notar algunos signos que indican que el parto se acerca: Uno de ellos es que el bebé desciende en la pelvis, es decir, tu barriga baja porque el bebé se va encajando. Esto produce un aumento de la sensación de presión en el bajo vientre, y es muy posible que aumente la frecuencia de veces que necesites ir a orinar. Puede que las piernas se entumezcan un poco, y al mismo tiempo, se nota más espacio en la cavidad torácica, lo que en muchas ocasiones produce mayor facilidad para la respiración.

Otro signo de que se acerca el parto, y que puedes percibir las semanas previas, es que aumenta el flujo vaginal, se vuelve más fluido y abundante (no debemos confundir esto con la rotura de la bolsa amniótica, que no siempre se produce durante la fase previa del parto, y que se puede identificar como la salida de líquido por la vagina, normalmente transparente o blanquecino, otras veces amarillo o verde, si el bebé ha hecho caca dentro; que no se puede controlar y nos hace sentir muy mojadas de repente).

Principalmente, esta fase se caracteriza por la aparición de contracciones, de frecuencia, duración e intensidad variable, que empiezan a modificar el cuello del útero, acortándolo. Este proceso  también es conocido como borramiento, el cuello del útero se hablanda progresivamente  y se dilata hasta unos 3 cm. Las contracciones durante este tiempo pueden ser cada 15 minutos, luego que vengan dos seguidas cada 5 minutos, y luego nada hasta pasados 20 minutos... Unas durarán 20 segundos, otras 30... Unas serán más incómodas que otras... Notarás que se pone dura la barriga, y puede que sientas molestias.Normalmente, se pasan o se alivian con el reposo o las duchas de agua caliente y permiten, más o menos, seguir con un cierto tipo de actividad como, por ejemplo,  conversar, estar por casa y preparar algo de comida, prestar atención a una película que estés viendo, es decir, no requieren toda tu atención.

Durante esta fase, es común (aunque no a todas las mujeres les sucede) que se produzca la expulsión del tapón mucoso, que es un sello que se encuentra en el interior del cuello del útero durante todo el embarazo, a modo de barrera entre el exterior y el interior del útero, proporcionando protección al bebé frente a posibles infecciones. Es, como bien dice su nombre, de aspecto mucoso, gelatinoso y puede ser de varios tonos que van desde el marfil al marrón, pasando por el rosado. La expulsión puede ir acompañada de algún hilillo o gotas de sangre; esto no es preocupante siempre y cuando sea poca cantidad, menor que la menstruación. La presencia de estas gotas de sangre, junto con la salida del tapón mucoso indican que el cuello del útero ha iniciado las modificaciones anteriormente nombradas, y que esas contracciones irregulares que estás teniendo están haciendo su efecto. El hecho de expulsarlo es completamente normal, y sólo indica que el parto se está acercando, pero no nos da un dato exacto: pueden ser horas, días o incluso semanas.

Todo el conjunto de esta fase previa, los llamados pródromos, varían mucho de una mujer a otra, tanto en duración, como en intensidad o vivencia personal. Hay mujeres que la perciben como muy corta, otras como muy larga, como fácil de llevar, o como pesada... Es una experiencia muy personal que depende de muchísimos factores, físicos, psicológicos, emocionales, del entorno... No hay un estándar sobre cómo serán los pródromos de parto porque cada mujer vive los suyos de manera única e individual.

Sin embargo, sí que viene bien conocer las características generales para poder identificar qué está ocurriendo en nuestro cuerpo, diferenciarlo del verdadero trabajo de parto y saber cómo podemos afrontarlo de la manera más positiva y conveniente para cada una.

Bien. Entonces, recapitulando, sabemos que durante la fase previa al parto y los pródromos, puede que notemos que la barriga desciende, vayamos muchas más veces a orinar, tengamos más flujo, empiecen las contracciones irregulares en intensidad, duración y frecuencia, y puede que expulsemos el tapón mucoso con algunos hilillos de sangre. Y la pregunta ahora es, ¿qué hago yo durante este tiempo?

Una pregunta con un amplio abanico de  respuestas. Se podría resumir en “hacer aquello que te haga sentir bien, segura, relajada y confortable”. Cuando empiezan las contracciones irregulares, hacer como si no estuvieran ahí, “hacerte la loca”, pasar de ellas hasta que te lo permitan, es decir, seguir con tus actividades cotidianas hasta que se hagan tan intensas que requieran toda tu atención.

Lo más importante durante esta fase es intentar estar lo más relajada y tranquila posible, y descansar todo lo que el cuerpo te permita. Cada mujer puede conseguir esto de manera diferente, pero generalmente suele ayudar estar cómoda en casa, darte una ducha o baño caliente, poner música que te guste y un aroma que te calme, que tu pareja te de un masaje o incluso puede que te apetezca mantener relaciones sexuales, respetando tus deseos, ritmos y prioridades del momento, por ejemplo puede ser que sólo desees caricias y abrazos. También salir a dar un paseo es válido si es lo que te pide el cuerpo. Lo que sea estará genial si es lo que realmente te apetece.

No hay nada escrito, no hay reglas establecidas. Cada una sabe lo que le viene mejor, lo que necesita para estar feliz, relajada y cómoda. Es exactamente eso lo que tienes que hacer durante la fase previa al parto. Y mantener una actitud positiva, saber que lo que te ocurre es normal, que es algo bueno, que el mensaje que trae es que el nacimiento de tu bebé se acerca y tu cuerpo ya se está poniendo en marcha para recibirlo. Confía en ti, confía en tu cuerpo, escúchalo. Sabrás cuando estás de parto. Tú conoces mejor que nadie lo que pasa en tu cuerpo.

De acuerdo...Y ahora que sabemos lo que ocurre en la fase previa al parto... ¿cómo saber cuando se inicia el trabajo de parto?”

Normalmente, serán las contracciones las que te servirán de guía. Notarás que se van regularizando cada vez más, hasta que son bastante regulares, en intervalos de aproximadamente 3 minutos, y con una duración de 45-60 segundos. Además de aumentar en frecuencia, también aumentan en intensidad. Notarás que son más fuertes, y que requieren toda tu atención, harán que te centres en el momento, te llevan al cuerpo. No puedes ni te apetece hablar durante la contracción, necesitas concentrarte. Suele ser una sensación poderosa que te conecta con el proceso del parto, y que te va guiando a adoptar diferentes posiciones para estar más cómodas y que ayudan a que el bebé se coloque correctamente. Cómo dice la comadrona Ina May Gaskin, son “sensaciones interesantes que requieren toda tu atención”.

Probablemente, cuando lleves un rato largo con contracciones de esta manera, regulares, intensas y rítmicas, el parto habrá comenzado. Una forma de comprobar si ya son las contracciones de parto, es ver si paran o cambian según tu postura. A veces, en la fase previa del parto hay más contracciones cuando caminas o modificas tu postura para incorporarte, pero que se espacían o hacen más suaves si te tumbas para descansar o te das una ducha de agua caliente. Si esto ocurre, aún estás en la fase previa.

Cuando ya ha comenzado el trabajo de parto verdadero, normalmente continúan regulares hagas lo que hagas, entonces ese será, probablemente, el momento de ir al hospital, o avisar a las matronas que te atenderán en casa si has decidido parir en tu hogar.

Y una vez empieza el parto... es momento de centrarte, sacar toda tu fuerza, tu energía, conectar con tu bebé, y sobre todo afrontarlo de manera positiva, relajada y confiada. No olvides en ningún momento, aunque las sensaciones te abrumen, cuál es el regalo final: el nacimiento de tu bebé. Mantenerte centrada en esto te hará fuerte durante todo el proceso. Y recuerda que las mujeres llevan milenios pariendo. Tus ancestras pudieron. Tú podrás. En este momento son las fuerzas de la Naturaleza las que operan en ti. Las mismas que hacen subir y bajar las mareas, que hacen crecer las plantas, que hacen cambiar de estación. Y la Naturaleza sabe perfectamente como hacer su trabajo. Confía, permite que ocurra, no luches contra las sensaciones, y disfruta de ese momento tan mágico y sagrado que es un nacimiento.

¡Feliz parto, feliz nacimiento!•

Sara Barreto Ramos
Matrona

 

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