Más allá de la lactancia materna: Baby Led Weaning

Noticia publicada el 06-12-2017

A partir de los 6 meses de edad se deben introducir a la dieta del bebé nuevos alimentos distintos a la leche materna o leche de fórmula (en caso de niños alimentados con lactancia artificial): es el inicio de la “alimentación complementaria”. El inicio de la alimentación complementaria no es sinónimo de destete, es más, la misma palabra nos indica que la ingesta de alimentos distintos a la leche va a complementar la lactancia, que seguirá siendo el alimento básico. Las razones por las que se deben introducir nuevos alimentos a partir esta edad son varias, por un lado razones nutricionales ya que tanto la leche materna como la leche de fórmula comienzan a ser insuficiente para cubrir las necesidades de algunos nutrientes como el hierro y el zinc.

Esto no significa que la leche haya perdido sus propiedades, la leche debe seguir siendo el alimento fundamental, cualitativa y cuantitativamente durante el primer año de vida y sigue siendo una fuente importante de nutrientes durante el segundo año y después. Pero también se deben incorporar nuevos alimentos debido a su mayor desarrollo psicomotriz, ya que a esta edad el bebé es capaz de mantenerse sentado sin ayuda, de mostrar interés por los alimentos, sujetándolos con sus manos y llevándoselos a la boca. Pierde el reflejo de extrusión que hace que los niños expulsen los alimentos sólidos con la lengua y sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos.

Actualmente existen controversias en el orden de introducción de los alimentos y la forma de preparación. Tampoco existen estrategias consensuadas de cómo pasar de una lactancia materna exclusiva a una alimentación complementaria. Considero importante que nuestro sistema sanitario ofrezca una información actualizada y basada en evidencia científica sobre la forma de alimentar a nuestros hijos.

En julio del 2014, la Asociación Española de Pediatría en su revista ‘En Familia’ publica un artículo sobre la “Alimentación complementaria dirigida por el bebé” en el cual explica lo que significa, sus ventajas, los alimentos que se pueden ofrecer y las precauciones que se deben tener. En Abril del 2016, la Generalitat de Cataluña publica unas “Recomendaciones para la alimentación en la primera infancia” donde indica que es aconsejable incorporar preparaciones diferentes a los triturados, ofrecer alimentos enteros o en trozos, según el tipo de alimento, permitiendo así que el niño coma de forma autónoma disfrutando de los diferentes sabores, texturas, olores y colores de los alimentos. A esta práctica se le llama Alimentación dirigida por el niño, Alimentación con sólidos o en inglés: Baby Led Weaning. Poco a poco, ciertos organismos oficiales van informado a las familias de las actualizaciones en la forma de alimentar a sus hijos para que sean los propios niños quienes dirijan el proceso de cambio hacia una alimentación variada.

Al igual que la lactancia materna, la alimentación complementaria también es a demanda, nunca forzando a un bebé a que coma más cantidad de la que decide comer, respetando su ritmo al igual que lo hacemos mientras es amamantado, de esta forma lo estamos protegiendo de la obesidad ya que aprenden a comer en función de sus necesidades.

Estamos en una fase de transición. Venimos de unas recomendaciones de alimentación a base de triturados muy influenciada por nuestra cultura más que por las propias necesidades de nuestros hijos, esperando a que el bebé sea más hábil para introducir comida en trocitos y, poco a poco, hemos ido retrasando la incorporación de sólidos en su dieta lo que ha llevado a problemas en la alimentación infantil. Hay un periodo crítico para la introducción de alimentos sólidos, sobre los 7 meses, y si superamos este periodo podemos ocasionar dificultades a la hora de avanzar en texturas y aptitudes masticatorias. Un estudio realizado por Coulthard et al. en 2009, mostró que los niños a los cuales se les introdujeron alimentos grumosos a partir de los 9 meses, comían una variedad menor de frutas y verduras a la edad de 7 años y presentaban una frecuencia mayor de problemas de alimentación en esa edad.

Los niños desarrollan la capacidad de masticar alrededor de los 6 meses, siendo capaces, además a esta edad, de mantenerse sentados por sí solos, lo que facilita la deglución de trozos de comida mayores y más espesos.

El Baby Led Weaning es un movimiento que surge con fuerza en Reino Unido y Nueva Zelanda en los últimos años, recomendando el uso de alimentos para comer con los dedos (finger food), debiéndose ofrecer a los lactantes trozos de comida entera con un tamaño y forma que les permita cogerlos y llevárselos a la boca (formas alargadas y estrechas) ya que no son capaces aun de hacer pinza con su dedo pulgar pero sí de hacer prensa con su puño. Así, el bebé puede comer los mismos alimentos que el resto de la familia si los cortamos del tamaño de un dedo o en forma de palitos. Se deben evitar platos preparados o alimentos a los que se les haya añadido sal o azúcar, ofrecerles agua durante las comidas y siempre deben estar acompañados mientras comen.

No es conveniente mezclar varios alimentos diferentes en la misma comida, sobre todo cuando se traten de alimentos alergénicos como el pescado, el marisco, el huevo... Los nuevos alimentos se deben ofrecer con varios días de separación para valorar intolerancias o alergias, si las tuviera.

Alimentos PERMITIDOS a partir de los 6 meses de edad
Verduras al vapor cocidas, asadas o fritas.
Frutas y verduras cortadas en forma de palitos.
Carne guisada o cocida a la plancha cortada en tiritas.
Taquitos alargados de queso, pan, tortas de arroz,
sandwich en forma de tiras,
macarrones.


DESACONSEJADOS, por el riesgo de atragantamiento que presentan
Frutos secos
Aceitunas
Zanahoria cruda
Manzana cruda
Alimentos azucarados
o con sal añadida



Si quieres obtener más información sobre alimentación infantil te aconsejo los siguientes libros: ‘El niño ya come solo’, de Gill Rapley; ‘Mi niño no me come’, de Carlos Gonzalez; ‘Se me hace Bola’, de Julio Basulto.

A pesar de las nuevas recomendaciones de los expertos en alimentación infantil, nadie conoce mejor a tu hijo que tú. Somos nosotros, sus padres, los que debemos observar a nuestro hijo, día a día, mientras introducimos nuevos alimentos, y valorar la textura que es capaz de comer y los alimentos que les gustan y los que no. Nada es blanco o negro en la maternidad/paternidad, siempre se pueden hacer las cosas desde un término medio, ni todo purés ni todo trozos. Podemos, por ejemplo, ir triturando cada vez menos los alimentos según veamos que nuestro hijo va comiendo pequeños trozos. Recuerda que el inicio de la alimentación de tu hijo va a marcarlo para el resto de su vida. Comer es, y debe ser, un placer desde el comienzo.

Sherezade Suárez Rivero
Matrona y Madre

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