Contacto piel con piel

Noticia publicada el 04-10-2017

El pecho materno es el lugar ideal para la transición del útero al mundo.

El contacto precoz entre la madre y el recién nacido o también llamado contacto piel con piel, constituye un acto biológico realizado a lo largo de los años de manera instintiva que aporta beneficios al bebé como, por ejemplo, protección, calor, estimulación y nutrición; y también a la madre, creando a través de estímulos sensoriales como el tacto, la temperatura y el olfato que ayudan a liberar oxitocina materna (sentimientos positivos). Además, los bebés tienen la capacidad de memorizar las sensaciones olfativas, para que puedan reconocer el olor del cuerpo materno.

El contacto piel con piel consiste únicamente en la colocación del recién nacido boca abajo encima del pecho desnudo de su madre, dando especial importancia a las dos primeras horas inmediatamente después del nacimiento, dónde el bebé experimenta un estado que denominamos período sensitivo, provocado por la descarga de noradrenalina (hormona del sistema nervioso) que se ha producido en el el parto. Gracias a ello conseguiremos que el bebé permanezca un tiempo casi inmóvil en alerta tranquila y, poco a poco, vaya reptando hacia los pechos de su madre, mediante movimientos de flexión y extensión de las extremidades inferiores, poniendo en marcha sus reflejos e iniciando intentos de agarre al pecho materno para comenzar la lactancia.

Organizaciones de salud nacionales e internacionales lo recomiendan y estos son los principales argumentos que aportan para su realización:
• Mejor transición del recién nacido, favoreciendo la adaptación fisiológica a la vida extrauterina con una rápida mejoría de la oxigenación, regulación de su temperatura corporal y disminución del gasto energético.
• Mayor posibilidad de éxito de la lactancia materna.
• Aumento del nivel de la hormona oxitocina que tiene un efecto anti-estrés en la madre que mejora de la contractilidad uterina (menor sangrado postparto) y favorece también la eyección del calostro.
• Mejora el vínculo afectivo madre-padre/hijo o hija. Facilita el desarrollo de un comportamiento de protección y un sentimiento de capacidad de la madre para cuidar de su hijo o hija.

En los últimos años hemos sufrido un aumento de intervención en el manejo perinatal llevando consigo el incremento del patrón de separación temprana de madre y bebé; afortunadamente en la actualidad son cada vez más los hospitales que promueven la realización del contacto piel con piel en los partos vaginales siempre que sea posible. Pero ¿y en los partos por cesárea? ¿se puede realizar también el contacto piel con piel?

Realizar el contacto piel con piel tras una cesárea es posible. Para ello necesitamos una valoración tanto del estado materno como del recién nacido por parte de los profesionales sanitarios, si ésta es positiva ambos se podrían beneficiar de todas las ventajas que ello supone. Además hay que considerar que el nacimiento es un momento único e irrepetible que debemos intentar “humanizar”, tratando de minimizar los efectos negativos que produce una cirugía. Una cesárea realizada de forma respetuosa se va a traducir en una experiencia menos traumática y va a favorecer a la recuperación tanto física como emocional de la madre.

El contacto se puede mantener, si es posible, durante el transcurso de la cesárea o interrumpirlo en caso de surgir alguna complicación o si la madre así lo desea. Lo ideal es asegurar un contacto mínimo de 15 minutos, esto ayudará a que una gran parte de los recién nacidos inicien signos de búsqueda del pecho (trepar por el abdomen materno, olfateo, sacar la lengua...) y si las circunstancias son idóneas, poder iniciar la primera toma de lactancia materna.

En caso de que no fuera posible realizar el contacto piel con piel por que las condiciones no lo permitieran, no debemos olvidarnos nunca el importante papel del papá en el parto, pudiendo ser él quien lo realice y se beneficie de esta impronta con su bebé. El padre será uno de los mejores cuidadores del recién nacido en caso de que la madre no esté disponible tras el parto.
El contacto piel con piel con los padres es una intervención sencilla y segura y disponemos de evidencia científica reciente que nos muestra sus beneficios. Algunos padres muestran altos niveles de ansiedad y miedo respecto al nacimiento, y estos sentimientos pueden hacer que lo vivan como un acontecimiento negativo. Es muy importante que los padres consigan llevarse a casa una experiencia gratificante sobre el nacimiento de su hijo. Realizar el contacto piel con piel con su bebé supondrá también un refuerzo del papel paterno, se verán más involucrados en el cuidado de su bebé, aumentará su sentimiento de protección y se sentirán más satisfechos. Numerosos estudios demuestran también que los recién nacidos estarán más tranquilos, con menos etapas de llanto y que repercutirá en un comportamiento organizado más precoz. Respecto a la lactancia materna también va a influir positivamente, dado que a largo plazo hay una mayor tendencia a lactancias más duraderas.

Si hay algo que no podemos negar es que tras un nacimiento se crea una familia, entendiendo a padre-madre-bebé como algo indivisible por lo que, si el momento lo permite, debemos favorecer siempre un contacto precoz entre ellos.•

Tania Soto Rodríguez
Matrona

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