Epigenética

Noticia publicada el 13-07-2016

A menudo se atribuye a Conrad Waddington  (1905-1975) la acuñación del término “epigenética” en el año 1942 como “la rama de la biología que estudia las interacciones causales entre los genes y sus productos que dan lugar al fenotipo”.

Las primeras apariciones de la epigenética en la literatura datan de mediados del siglo XIX, aunque los orígenes del concepto pueden encontrarse ya en Aristóteles (384-322 AC). Aristóteles creía en la epigénesis: el desarrollo de la forma orgánica del individuo a partir de materia amorfa.

Es un rama de la biología que busca comprender y explicar cómo se transmite la herencia biológica de generación en generación y cómo nos pueden afectar las experiencias vividas por generaciones anteriores.

Una sugerente definición es la que hace Thomas Jenuwein: “La diferencia entre genética y epigenética probablemente puede compararse con la diferencia que existe entre escribir y leer un libro. Una vez que el libro ha sido escrito, el texto (los genes o la información almacenada en el ADN) será el mismo en todas las copias que se distribuyan entre los lectores. Sin embargo, cada lector podría interpretar la historia del libro de una forma ligeramente diferente, con sus diferentes emociones y proyecciones que pueden ir cambiando a medida que se desarrollan los capítulos. De una forma muy similar, la epigenética permitiría diferentes interpretaciones de un molde fijo (el libro o código genético) y resultaría en diferentes lecturas, dependiendo de las condiciones variables en las que se interprete el molde.”

La genética moderna nos enseña que no sólo los genes influyen en la genética de los organismos sino que también explica que personas con un mismo genoma,  como los gemelos, se desarrollen de manera diferente y presenten enfermedades distintas a edades distintas.

Cómo nuestras vivencias influyen en la salud de nuestros hijos y nietos. Cómo el ejercicio que haces ahora, la calidad de lo que comes, las enfermedades que sufras e incluso tu estado de ánimo habitual no sólo influyen en el desarrollo del bebé que estás esperando, sino que también se transmiten a sus genes, haciendo que unos se expresen y otros no, y esa información la transmitirá tu hijo a la siguiente generación, es decir, a tus nietos. Cambios (heredables) en la función génica que se producen por causas externas sin un cambio en la secuencia del ADN.

Los estudios epidemiológicos muestran que un ambiente intrauterino pobre, inducido por una dieta materna, al igual que el estrés que pueda vivir la embarazda durante la gestación harán a unos hijos más susceptibles a la obesidad,  diabetes, enfermedad cardiovascular, y arteriosclerosis, así como depresión, ansiedad y esquizofrenia.
Otros estados epigenéticos, algunos inducidos ambientalmente, pueden ser transmitidos desde un abuelo/a a un nieto/a.

Los efectos perjudiciales de la ingesta de alcohol durante el embarazo son bien conocidos: (síndrome alchólico fetal) desarrollo fetal, hiperactividad, irregularidades faciales, déficit cognitivo y de atención, desajustes de memoria, descoordinación motora, mal funcionamiento psicosocial, etc. A más largo plazo, menor progreso intelectual, de adultos diversas enfermedades, incluso crónicas.

Las recomendaciones deben incluir:
• Optimizar el estado nutricional preconcepcional y postconcepcional de la embarazada y observar la ganancia de peso de la embarazada para evitar tanto el bajo peso como el peso excesivo al nacer considerando el Índice de Masa Corporal (IMC) y el rango de ganancia recomendado.
• Promocionar la prevención del embarazo precoz a través de una educación sexual efectiva.
• Promover el control de la embarazada idealmente desde la planificación del embarazo.
• Promover la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses y, en forma ideal, continuarla hasta los 24 meses con la incorporación de alimentos de baja densidad calórica a partir de los 6 meses de edad.
• Evitar la ganancia de peso y talla acelerada en particular en niños con bajo peso al nacer y desnutridos.
• Considerar la doble carga nutricional
en los programas de intervención nutricional.
• Evitar programas de intervención nutricional masivos: estos deben ser focalizados al problema nutricional presente.
• Promover la actividad física a todas las edades.
• Educar a la población con relación a la selección de alimentos saludables y a la interpretación del etiquetado.
• Promover las comidas familiares frecuentes para fomentar hábitos saludables.

Por último decir que según el ambiente que rodea a una persona en los primeros años de vida, sus genes van a modificarse de una manera u otra y esto va a condicionar su salud y la forma de relacionarse con el mundo en la edad adulta.•

María Ángeles Tadeo
Matrona de Atención Primaria

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