Mirando al Norte

Noticia publicada el 16-03-2016

Cuando se espera la llegada de un bebé, los nórdicos lo tienen muy claro y no pierden el norte con las compras y preparativos. Un bebé necesita a su mamá… y una buena silla a contra marcha donde viajar en coche al menos hasta los 4 años.

El pasado año 2015 finalizó con 0 niños fallecidos en accidente de tráfico en Noruega. ¿Increíble? No tanto si conocemos la importancia que tiene para ellos la seguridad vial infantil. En cambio, en España es la primera causa de mortalidad externa, ¿por qué?.

Culturalmente, los pueblos del norte tienen otra predisposición hacia asumir riesgos propios y ajenos, ya que son sociedades muy cívicas. De hecho, desde los años 60, con la democratización del transporte privado, comprendieron que los accidentes de tráficos son un grave problema de salud pública, y desde entonces se han implicado para reducirlos, con múltiples medidas, pero más allá de la atención sobre las infraestructuras, el estado de los vehículos, la educación vial… sorprende que tienen una visión inclusiva del error humano, lo aceptan como posibilidad inevitable, no como excusa. Por lo que, una vez realizado todo el trabajo de prevención de accidentes de tráfico, el planteamiento es el siguiente: “y si finalmente el accidente sucede ¿qué medidas adoptamos para proteger a quienes lo sufren? Prevenir lo prevenible, las lesiones”.

Hay accidentes de tráfico que no podrán evitarse, pero lo que sí puede prevenirse en muchos de ellos es que las personas que viajan en los vehículos sufran lesiones graves o mortales. Para adultos tenemos cinturones de seguridad, airbags…  y para los bebés y niños, los sistemas de retención infantil, que en los países nórdicos, y cada vez en más lugares, son a contra marcha al menos hasta los 4 años.

La silla de coche para bebé y niño es el único artículo de puericultura obligatorio por ley (porque puede salvar la vida del bebé), y además para muchas familias es de uso cotidiano. Si en España es obligatorio el uso de los sistemas de retención infantil… ¿en qué nos estamos equivocando?.

El objetivo de la Dirección General de Tráfico es que en 2020 ningún niño fallezca en accidente de tráfico sin sistema de retención infantil. El 80% de los niños que fallecen lo hacen en sillas de coche… ¿qué está pasando? ¿Son o no son seguras?

En que ni estamos informados ni en muchos casos verdaderamente concienciados. Para muchas familias la norma es dejar la sillita de coche para el final. Se realizan múltiples compras cargadas de muchísima ilusión, pero la silla para el coche o procuramos que nos la regalen o preste algún amigo o familiar, o que venga en formato “trío” junto al carro de paseo y capazo. Estamos reduciendo gastos, pero también, seriamente, la seguridad de nuestros hijos.

Tarde o temprano subiremos con nuestro bebé a un automóvil… y probablemente lo hagamos cada día, por lo tanto es un artículo de la lista “¿qué necesita mi bebé?” que no debería ser relegado al final, ya que no solo es indispensable sino que puede marcar la diferencia, en comodidad y cuidado diario, y de protección en caso de que tengamos un accidente.

Sin embargo, es el artículo de puericultura al que, en general, menos atención e intención le dedicamos. Hacemos un master  en carros o en portabebés y todos están homologados (la venta estaría prohibida de no ser así), pero unos adecuados y otros no, algunos incluso potencialmente dañinos (mochilas no ergonómicas, por ejemplo).

En cambio, sorprendentemente con la silla de coche, asumimos que por ser un artículo cuya exigencia de uso está fundamentada en la seguridad, ha de ser sí o sí, seguro 100%, independientemente de cómo resuelvan la retención infantil. Homologado no quiere decir seguro. La homologación sólo garantiza que a 50 km/h, estando la silla bien instalada y el niño correctamente sujeto, no salga despedido; pero no se miden las lesiones que se ocasionan por el sistema de retención a la silla.

Por ello he de decir que no todas las sillas son seguras. Ante la recomendación de la DGT de que los niños viajen a contra marcha al menos hasta los 4 años, esperamos que termine siendo obligatorio como en un primer momento se propuso.

Las familias que se implican, muchas veces se informan en rankings del RACE, RACC, OCU…. realizados por laboratorios no independientes, cuya puntuación se basa en criterios subjetivos y conceden un bajo porcentaje de la nota a la seguridad, que a su vez es absolutamente relativa, al no contar los dummies con sensores en el cuello. No hay una única silla que sea indiscutiblemente la mejor para todos los niños, por lo que los rankings contaminados por intereses comerciales son una fuente de desinformación para los padres.

La mejor silla para tu hijo será la que mejor se adapte a él y a tu coche, y que permita que viaje a contra marcha al menos hasta los 4 años. Para cumplir su función, debe estar bien instalada y el bebé o niño correctamente sujeto a la misma, por ello la importancia de acudir a una tienda especializada, en la que estudien los percentiles de crecimiento de tu hijo, te propongan sólo sillas a contra marcha que según su percentil pueda usar hasta los 4 años y te las prueben e instalen en el vehículo.

En el norte de Europa, cuando se espera la llegada de un bebé, el primer artículo de puericultura en el que se implican las familias es la silla de coche. Desde hace décadas, está absolutamente normalizado que los niños han de viajar de espaldas a la marcha todo el tiempo que sea posible, en sillas diseñadas y fabricadas para soportar 18 o incluso 25 kilos de peso y entre 105 y 120 cm de altura, para asegurar que independientemente de la constitución del peque, pueda viajar protegido a contra marcha, al menos hasta los 4 años de edad y a partir de ahí todo lo posible. Y no sólo protegido, sino más cómodo y cuidado. Las sillas fabricadas especial y verdaderamente para que niños de 0 a 4 años puedan utilizarlas, aseguran reclinado para cuando son recién nacidos y a la vez espacio para piernas para cuando son mayores. Son más ergonómicas que las instaladas de frente y 500% más seguras.

Así que por favor, no es por llevar la contraria, es por su seguridad. Que tu hijo viaje a contra marcha, como mínimo hasta los 4 años.•

Mariángeles Almeida
Especialista en seguridad infantil

contodaseguridad.com

Volver