¡Prohibido no disfrutar del verano!

Noticia publicada el 16-07-2015

Todos conocemos los beneficios del sol, de donde obtener la vitamina D, que ayuda en la absorción del calcio para que pueda fijarse en los huesos, contribuye en la transmisión de señales nerviosas y obtiene energía de los alimentos. Si a esto le sumamos los beneficios del agua de mar, hace que sea un destino más que apetecible. Sin embargo, cuando hay un bebé en la familia nos surgen muchas dudas con respecto a los riesgos que puede suponer visitar la playa.

La Asociación Americana de Pediatría (AAP) no aconseja la exposición al sol en bebés de menos de 6 meses, pues su piel es aún muy delicada y puede dañarse con los rayos del sol, ni el uso de filtros solares en este rango de edad, debido a la cantidad de químicos existentes en la mayoría de los productos que están en el mercado.
Ahora bien, de forma general, utilizando el sentido común y tomando las medidas adecuadas de precaución, dar paseos por la arena, darse un baño y disfrutar del sol debería de poder realizarse a cualquier edad.

A continuación detallo 10 acciones preventivas, que espero te sirvan de ayuda, para disfrutar de la playa en familia:

1 Un tejido adecuado -La ropa de algodón orgánico es la opción estrella, absorbe el sudor, es transpirable, pero cuidado cuando se moja, pues favorece el paso de radiación UVB, así que mejor llevar ropa de repuesto para que esté siempre lo más seca posible.

2 Bebés a la sombra -Cuidado con las sombrillas, su uso no nos protegen del todo y podría suponer un riesgo para la integridad cutánea de nuestro bebé. Por eso, mejor pasear en las primeras horas del día o bien al caer la tarde, aprovecharemos los beneficios minimizando los riesgos y el uso de filtros solares.

3 Uso de gorro -Con visera ancha y a ser posible de los que cubren también la nuca, zona que suele quedar al descubierto y ser olvidada con riesgo de sufrir quemaduras.

4 Hidratación -No olvides de mantenerle bien hidratado antes, durante y después de la playa. Si está con lactancia materna exclusiva, estás ofreciéndole la mejor hidratación, pero si ya comenzó a tomar agua y alimentación complementaria, no olvides ofrecerla a menudo. La mayoría de zumos y bebidas con aditivos deshidratan, por lo que no sustituyen la función del agua.

5 Filtros solares -La superficie corporal del bebé es pequeña y los riesgos de absorción es más elevada, por lo que poner filtros solares hechos con químicos que pasan al torrente sanguíneo, es sin duda más peligroso, si cabe, que los rayos solares.
Actualmente existen pocos protectores solares realizados con productos orgánicos y ecológicos.
En un artículo muy interesante cuya lectura recomiendo sobre “Protección solar sin tóxicos” de la Dra. Odile Fernández en su blog Mis Recetas Anticáncer, recomienda el siguiente filtro solar, el cual usamos para toda la familia: Amazonia, Protección solar SPF 25,  producido en España y comercializado por Conasi.
- Óxido de zinc como filtro solar. Sin otro tipo de filtro físico o químico.
- Ingredientes vegetales y orgánicos certicados.

6 Uso de material de flotación -En muchas ocasiones se confunde este material (manguitos, flotadores, corchos…) con material de protección,y nada más lejos de la realidad. Desafortunadamente ocurren muchos accidentes a causa de la tranquilidad ilusoria que estos nos ofrecen, que además impiden el libre movimiento del bebé y nos crea una falsa seguridad, incluso en él. Una buena alternativa puede ser el uso de churros, tubos cilíndricos de polietileno, como los que se usan en piscina, que ofrecen mucho juego-aprendizaje, así como autonomía al niño.

7 Familiarización del medio -Resulta de gran utilidad las piscinas hinchables con un palmo de agua, que se calientan al sol y son tan divertidas en sus primeros baños. En el segundo semestre les encanta estar tumbados boca arriba en ellas y patalear. Es una buena transición antes de la entrada al mar. De cualquier forma, hay que evitar los cambios bruscos de temperatura, debemos mojarlos poco a poco antes de zambullirnos junto a él en el mar, por ejemplo jugando en la orilla, despertando su curiosidad antes de entrar.

8 Siempre seco -Si usas pañal/bañador en la playa, recuerda llevar de repuesto para cuando nos vayamos, mantenerlo seco y evitar molestas rozaduras y hongos.

9 Vigila uno -No hay nada más peligroso que estar en familia o amigos y todos vigilamos a todos, al final nadie se hace responsable y pasan accidentes donde luego la pregunta es ¿no lo estabas vigilando tú?... mejor por turnos, que cada ciertos minutos se responsabilice uno de vigilar, así no habrán despistes que lamentar. Recuerden, vigila uno.

10 Nunca forzar su entrada en el agua, podrías crearle un mal recuerdo en este medio solo por no respetar su ritmo. Una vez en el agua, también es importante respetar los tiempos para salir de la misma.

Paciencia, prudencia, mucho juego y…
¡a disfrutar del verano en familia!•


Noelia García
Enfermera
Especialista en estimulación acuática
Mamá

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