Va de perlas

Noticia publicada el 12-02-2018

Perlas de leche: qué son, cómo reconocerlas y manejarlas.


La posibilidad de amamantar a nuestros bebés es un auténtico regalo y sus efectos son para toda la vida. Con tantos siglo de experiencia acumulada ofreciendo lactancia materna cabría imaginar que las generaciones actuales son verdaderas “expertas” en lo que amamantar se refiere, pero nada más lejos de la realidad. Aunque de forma natural las madres estamos preparadas y nuestros bebés programados para lactar, son muchas las ocasiones en las que surgen complicaciones y la falta de información real y veraz, apoyo y confianza acaban por frustrar muchas lactancias que podrían haberse resuelto de forma sencilla.

La aparición de una perla de leche podría ser un buen ejemplo de una complicación común, una molestia que puede ser frustrante y muy incómoda, pero con buen pronóstico y resolución. Pero, ¿cómo reconocer una perla de leche? Se suele definir como un punto blanco, como una pequeña ampolla que se aprecia a simple vista, pequeña y brillante, una pequeña perla (como su nombre indica). Puede que esté inflamada o grande cuando el bebé mama y se haga más pequeña al finalizar la toma. A veces, se convierte en un pequeño pellejo blanquecino que forma costra y desprende sin darnos cuenta. Algunas mamás lo definen como si fuese un grano de pus pequeño, a diferencia de que se trata de leche.

¿Qué está ocurriendo en mi pecho para que aparezca esta “perla”? Armando Bastida (enfermero de pediatría y autor de Soy Papá,  del quien me declaro una fan absoluta) lo explica de forma muy clara en una de sus publicaciones: “la perla de leche o punto blanco en el pezón es la obstrucción de la salida de una pequeña glándula mamaria del pezón. Al obstruirse la glándula la leche queda acumulada, abombando la piel más superficial hacia afuera (al estirarse la piel, brilla) y adquiriendo así el aspecto de perlita de nácar”.

El origen podríamos resumirlo en dos tipos: traumático o por alteración microbiana. En el caso de un origen traumático, el bebé suele tener mucho que ver, al tratar de seguir con la mirada algo o alguien e “invitar” al pezón a acompañarle en el recorrido (¡alguna vez pensé que de verdad se lo iba a llevar!), cuando tiran hacia atrás con fuerza, al morder o apretar de forma insistente. Estas pequeñas lesiones en el pecho pueden llegar a afectar a algún conducto, obstruirlo y provocar la aparición de la perla de leche. Sabremos que se trata de una perla de origen traumático porque hay una causa-efecto: la perla surgió tras alguna de las situaciones mencionadas. Este tipo de puntos de leche producen un dolor muy agudo, intenso y punzante, como si se tratara de un alfiler.

Otra causa posible es la alteración microbiana o mastitis subaguda por un crecimiento anormal de bacterias en los conductos mamarios que forman una especie de capa denominada biofilm y que junto a los restos de calcio de la leche, van taponando estos conductos. El conducto se inflama y en este caso la perla es solo “la punta del iceberg”, ya que afecta a todo el conducto y probablemente esté asociado a otros síntomas como durezas, inflamación, enrojecimiento de la zona. La perla por infección se suele describir como un punto irregular, poco definido, profundo y algo amarillento, habitualmente asociados a un proceso de mastitis en el que estamos o hemos pasado. El dolor de este tipo de perlas se describe como agudo, especialmente molesta, que puede producir quemazón y el dolor puede irradiarse hasta la espalda.

Sea cual sea el origen de la perla de leche, ambas pueden manejarse sin mayor complicación siguiendo algunas recomendaciones sencillas y resolviendo cualquier duda durante el proceso con tu matrona, grupo de apoyo a la lactancia o asesora de lactancia:

•    Perlas de origen traumático: suelen resolverse en un periodo de 5 - 7 días y las recomendaciones de distintos foros coinciden, mucha succión en ese pecho. El bebé es quien suele poner fin a la perla al mamar de ese pecho, pero al ser muy dolorosa e incómoda y no tiene sentido alargar el malestar si no vemos que se resuelva rápidamente al succionar el bebé, se puede pinchar la perla de leche para drenar la leche “atrapada” y notar un mejora sustancial. Para hacerlo se recomienda aplicar calor antes y con una aguja pequeña estéril levantar un poco la capa superficial de la piel (como cuando tratamos de drenar las ampollas que nos salen por rozaduras) y luego presionamos suavemente para que salga la leche que ha quedado obstruída. Si no te sientes segura, puedes pedir ayuda a tu matrona, por ejemplo. También puede ser útil sumergir el pezón afectado en agua caliente, que sea agradable, y tras unas minutos, pasar un toalla para intentar romper esa capa fina de piel de la perla  y poner al bebé a mamar de ese pecho inmediatamente. Puede ser otra alternativa efectiva, busca siempre con la que estés más cómoda y te funcione.

•    Perlas de origen infeccioso: en este caso, a veces pincharlas puede no poner fin al malestar y se requiere de otras medidas. Lo primero sería acudir a tu centro de salud o matrona de confianza para valorar la situación y que te puedan recomendar probióticos específicos para la lactancia (ayudando así a restablecer la alteración microbiana). En algunas casos será necesario también realizar un cultivo y valorar antibióticos en casos concretos. Si no tienes un centro de salud o matrona de referencia, recuerda que en urgencias ginecológicas de los hospitales materno infantiles de tu zona se atienden también complicaciones de lactancia.


Las perlas de leche suelen resultar molestas e incómodas, pero no es una complicación incompatible con la lactancia, puede resolverse de forma rápida y continuar dando el pecho sin problema. Siempre surgen dudas y miedos, no temas por ello, afortunadamente contamos con una red de grupos de apoyo a la lactancia en los que estas complicaciones son comunes, además de tener a disposición las matronas de los centros de salud. La lactancia materna ha sido y continuara siendo el mejor alimento, ninguna “perla” lo cambiará.

¡Feliz día y feliz lactancia!•

Yadily Magdalena Rivero
Mamá lactante (32 meses)
Enfermera y Gestora del Centro Garúa
Monitora de lactancia y enamorada de la posibilidad de formar, apoyar, sostener

y ayudar

Puedes consultar los Grupos de apoyo a la lactancia materna en las Islas Canarias AQUÍ

Más info en:
Alba Lactancia Materna
Armando Bastida
LactApp
Asociación Española de Pediatría

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