Tiempo fuera positivo

Noticia publicada el 09-02-2017

¿De dónde sacamos la loca idea de que para que los niños
se porten bien, primero hay que hacerlos sentir mal?
Jane Nelsen

 

Como comentábamos en el anterior artículo “El cerebro en la palma de la mano”, para que las personas podamos actuar adecuadamente, sin perder los papeles, sin faltar el respeto y expresando nuestros deseos de manera adecuada, es necesario que exista una conexión de los tres sistemas cerebrales, es decir, que el cerebro humano contenga al mamífero y al cerebro reptil. Pero si ya nos hemos “destapado” tenemos que tener la capacidad para reintegrarnos (técnicas de autocontrol) y permitir que nuestro cerebro piense de nuevo. Esto es una habilidad indispensable, tanto para padres como para hijos, ya que ellos actúan modelando. Habíamos comentado también que el tiempo fuera positivo podría ser un ejemplo de herramienta respetuosa para usar en estos casos.

Aquí viene la controversia, pues muchas familias piensan que el tiempo fuera positivo es igual que el denominado “rincón de pensar”, por lo que vamos a explicarlo bien.
El rincón de pensar es una herramienta de disciplina conductista, que consiste en que cuando el niño tiene un mal comportamiento se le castiga en una silla o un rincón apartado del resto, donde estar solo y pensando durante tanto tiempo como edad tenga: un minuto por año de edad.

El tiempo fuera positivo es una herramienta de disciplina positiva, cuya finalidad es ayudar a los niños a sentirse mejor, para que puedan reintegrarse y acceder a su cerebro racional, y de esta forma poder buscar soluciones, si fuera necesario. En la gran mayoría de los casos, el tiempo fuera positivo ya es suficiente para poner fin a la conducta conflictiva.

Imagínense por un momento esta situación de una pareja: Él regresa del trabajo y dice: “Hola, mi amor”. Ella lo saluda y dice enfadada: “No puedo creer que no hayas recogido tus calcetines esta mañana ¿Qué crees, que soy tu sirvienta? Vete al despacho, piensa sobre lo que has hecho y yo te voy a decir cuando puedes salir”.

¿Verdad que piensan que esto es insultante y poco respetuoso? ¿De veras creen que esa pareja se encuentra con ganas de cooperar o, por el contrario, están distante?  Este es el caso entre dos adultos pero ¿porqué pensamos que da resultado con los niños? ¿Qué se supone que tiene que pensar o reflexionar un niño cuando es mandado al rincón de pensar? ¿Qué es lo que enseña realmente esa herramienta?

A los adultos nos encantaría poder controlar lo que piensan, pero no podemos, por lo tanto no hay ninguna garantía de que estén pensando o reflexionando sobre lo que ha pasado o sobre su conducta. Lo más probable es que piensen en lo irrespetuoso e injusto que ha sido nuestro comportamiento, o que estén enfadados o resentidos, pensando en vengarse o en cómo actuar la próxima vez para que no los pillen.

Todos estos posibles pensamientos son negativos para el desarrollo en la infancia. Incluso pueden llegar a pensar que son “malas personas”, que cuando hacen algo mal o cometen un error no les queremos cerca o simplemente no les queremos; transmitiendo mensajes que dañan el sentimiento de seguridad y su autoestima, y que ofrecen un amor con condiciones.

Este sería el caso del rincón de pensar, ahora vamos a detallar el tiempo fuera positivo. Ya hemos comentado que se trata de un lugar o espacio para que los niños se sientan mejor, no para que se sientan peor por lo que hicieron y paguen por su error. Existen cuatro pautas básicas para poner en práctica el tiempo fuera positivo:

1. Invierte tiempo en enseñarle a tus hijos. Hábleles sobre los beneficios de utilizar esta herramienra y enséñale el valor de darse un tiempo para su autocontrol. Como siempre decimos, la mejor manera de enseñarla es usándola nosotros mismos como adultos, por lo que busque un pequeño espacio o una actividad que le permita reintegrarse y conectar con su cerebro racional antes de poder buscar una solución. Puede explicásrelo a su hijo de la siguiente manera: “En ocasiones nos enfadamos o no nos sentimos bien por algo que ha pasado, y necesitamos un tiempo para calmarnos, por eso vamos a crear un espacio para el tiempo fuera positivo. Esto no se trata de un castigo, sino que es un lugar que te ayudará a calmarte y sentirte mejor, ¿te gustaría que fuera en tu habitación o en una esquina del salón?”

2. Invita a los niños a que creen su propio espacio. Jane Nelsen (la principal divulgadora de Dsiciplina Positiva) dice que si los niños no tienen edad para ayudar en su diseño, no tienen edad para usarla. Los niños pueden decir cosas que les ayude a sentirse mejor para colocar en su espacio, como libros, dibujos, juguetes, peluches para abrazar, etc. Es muy importante que le pongan un nombre a ese espacio. Pueden guiarlos en su creación con preguntas: ¿Qué te gustaría que hubiera en tu espacio para que te ayude a sentirte mejor? ¿Qué nombre te gustaría ponerle a este espacio para que represente un lugar positivo para ti?

3. Desarrolle con antelación un plan para los casos en los que sea necesario usar el tiempo fuera positivo. Muestre que no es nada malo usándola usted tambien. Cómo invitar a su hijo a usarlo si, por ejemplo, le ha pegado a otro niño (o si el adulto siente que está perdiendo el control): ”Puedo ver que estas realmente enfadado, molesto, triste… ¿crees que te ayudaría irte a tu “mundo guay” hasta que te sientas mejor? Puede que el niño conteste que no, entonces el adulto puede sugerir ¿necesitas que yo te acompañe? Si el niño sigue diciendo que no y usted siente la necesidad de tomar distancia emocional para poder reintegrarse y para poder seguir tratando con respeto, entonces siempre puedes decirle: “está bien, entiendo que ahora no quieras ir a tu “mundo guay” pero yo si necesito ir para calmarme”.

4. Enseñe que cuando se sientan mejor pueden pensar en una solución. No siempre es necesario buscar una solución en el momento. Ejemplo de como un adulto invitaría a su hijo a buscar soluciones: “¿Crees que es un buen momento para pensar en una solución? ¿se te ocurre alguna? ¿te ayudaría más plantear el problema en la reunión familiar?”

Muchas familias y educadores cuestionan el tiempo fuera positivo, considerando que permitir a los niños que se vayan a jugar, leer, escuchar música, etc, a un espacio encima creado por ellos, es premiarles por su “mala conducta” y es actuar con permisividad. En realidad es totalmente lo contrario. Está muy arraigada la creencia de que los niños aprenden, modifican su conducta y lo hacen mejor si son castigados y se sienten peor, pero este es el falso motivador, que solo funciona a corto plazo pero deja fuertes heridas emocionales y de conexión a largo plazo. Los adultos tenemos que esforzarnos por comprender el hecho de que los niños lo hacen mejor cuando se sienten mejor y que es mucho más fácil buscar soluciones cuando estamos tranquilos, conectados y nos vemos involucrados en la toma de decisiones y búsqueda de soluciones, en definitiva, cuando sentimos que pertenecemos y contribuimos.•

Eva Salgado
Coach infantil, familiar y educativo
Facilitadora de Disciplina Positiva

www.disciplinapositivacanarias.com

Volver