El primer mes de lactancia materna

Noticia publicada el 20-01-2017

Todos sabemos que la lactancia materna es lo mejor y más adecuado que podemos ofrecer a nuestros recién nacidos, pero dar el pecho por primera vez no siempre sale de una forma tan natural. Es importante que lo sepamos, porque hablar solo de algo bueno y natural nos motiva a pensar que será sencillo y a veces no lo es. Así mismo debemos saber que es una acción indolora, si duele es porque hay algo que no anda bien y es bueno que busquemos ayuda.


CONSULTA LOS GRUPOS DE APOYO DE LAS ISLAS AQUÍ


Nos preparan para el momento del parto, pero… ¿y después?

El primer mes de vida del bebé es un periodo muy intenso. Quizás será el más intenso que vamos a experimentar en la crianza: nuestro cuerpo debe recuperarse del parto, todo el proceso de lactancia se pone en marcha y debemos atender a un pequeño que demanda continuamente y que acabamos de conocer. Parece agotador y puede llegar a serlo, por supuesto, porque es el primer mes. Si tenemos conciencia, de antemano, que es un proceso de recuperación y adaptación, podemos afrontarlo de una forma más serena. Pero, si por el contrario, nos pilla por sorpresa, la experiencia va a ser más dura. Idealizamos una experiencia que va a ser maravillosa, pero que dista mucho a lo que nos muestran en imágenes de bebés dormidos en sus cunitas.

Conversar con familias que han sido padres recientemente y escuchar sus experiendias puede acercarnos a la realidad.

La información que encontramos sobre los beneficios que aporta la lactancia materna está al alcance de todos, pero el apoyo y formación actualizada, cuando realmente necesitas ayuda, no es tan accesible.

Aquí te acercamos algunas experiencias de madres recientes que nos cuentan como fue su primer mes:


“El primer mes es un gran cambio. Al ser primerizos, por mucho que lo habíamos imaginado en nuestras cabezas, nunca estábamos seguros del todo si lo que hacíamos estaba lo suficientemente bien hecho.  Pero no importa. Tu hijo está en casa después de 9 meses. Apenas se mueve, ni siquiera sonríe pero lo adoras tanto que podrías pasarte el día entero simplemente mirándolo, cuidándolo y haciendo todo por él y por su bienestar... al margen queda lo mal que los papis lo pasamos, sobre todo  al darle el pecho (las mil dudas, la inexperiencia, que si coge bien o mal el pecho, todos diciendo lo que tienes o no que hacer...) me sentía muy cansada los primeros días, sin dormir, sin comer bien, ya que la prioridad era él”.

Nazaret e Iriome (4 meses)

...

“Nuestro primer mes fue una lucha por la vida, con muchas alegrías y penas. Conseguimos llegar al mejor puerto: formar la familia que hoy somos. Gracias a todos los que lo hicieron posible”.

Esperanza y Nancy (15 meses)

...

“El primer mes fue indiscutiblemente el más duro a nivel físico y psicológico, careces de experiencia y todo es nuevo. Emocionalmente estábamos más vulnerables y físicamente agotadas tras el parto, a lo que se le une dos primeras semanas de noches de tres horas de sueño pero, lejos de todo ese proceso, eres la persona más feliz del mundo y aprendes a sacar lo mejor de ti. La mayor de mis preocupaciones era no poder controlar la cantidad que mi pequeña comía en cada toma y si comía correctamente. Piensas: “¿lo estaré haciendo bien?” Lees mil cosas sobre las técnicas, el agarre, las tomas... pero todo es teoría pura y dura. El grupo de lactancia fue el único medio de practicar correctamente todo lo leído y adquirir nuevos conocimientos. Actualmente continua siendo un gran apoyo para ambas y le estamos enormemente agradecidas”.

Isabel y Noa (5 meses)

...

“El cambio más drástico fue en casa. Todas las atenciones que antes eran para mí, aunque suene egoísta, ya todos los mimos desaparecen, pero da igual porque hay un pequeño desconocido que adoras y lo demás pasa a un segundo plano. Fue un reajuste en toda la casa. El pequeñajo me enseñó a vivir despacito aquí y ahora sin horarios y sin planes. Cada vez que planeaba algo surgía otra cosa como que se durmió y como novata era todo un logro. También  darme cuenta de lo capaces que somos de no dormir,  y hacerlo con todo el amor del mundo, desgreñada y con ojeras pero con mucho amor”.

Laura y Antonio (9 meses)

...

“El primer mes de mamá es todo lo que te habías imaginado de amor, sentimientos, cambios... ¡multiplicado por mil! Con momentos en que te planteas tirar la toalla pero que sabes que eso es imposible porque una nueva vida, un nuevo ser, depende de ti totalmente. Y eso, de repente, te convierte en una super mujer y te conoces como nunca antes te habías conocido. Pasan los días y no te planteas si lo estás haciendo bien o mal, sino que hay que hacerlo. Hay mucha desinformación, contradicciones... Aunque parezca mentira, en algo tan básico y tan primitivo como es dar vida... Eso que dicen del instinto funciona, y de verdad. Lo más importante es creer en ti, creer en tu bebé y apoyarte en los que te rodean y te quieren. El resto viene solo. La naturaleza lleva haciéndolo así miles de años. Solo hay que escucharla”.

Vicky y Nico (13 meses)

 ...

“Mi experiencia desde que vi a mi pequeño Alan fue de constantes emociones. Nada más salir, mi angustia fue enorme al ver que no se movía ni lloraba, pero desde que lo reanimaron, rompí a llorar. Sinceramente, no sé cómo explicar ese momento. La primera semana fue muy dura porque tuvo que quedarse en la residencia debido a que durante el parto y al nacer necesitó antibióticos. Los puntos, la subida de leche de madrugada, las tomas del niño... nuestra vida se convirtió en un ir y venir del hospital a casa, con los papeles de por medio. Una vez en casa, no dejaba de mirarlo y respirar aliviada. Empezó entonces, el mejor disfrute de mi vida junto a mis dos amores. Las noches sin dormir, los baños, el trastorno de alimentación que sufríamos, el cambio de pañales con buches que te obligaban a llegar tarde a todos lados, se mezclaban con el amor, la protección, las sonrisas, miradas y mil momentos que hicieron del primer mes de vida de mi niño, algo especial y excepcional. Fue un conjunto de sensaciones que resumo así: alegría, angustia, sueño, cansancio, risas, hambre, llanto, caricias, besos y mucho, mucho amor”.

Vivi y Alan (10 meses)

...

“Durante el embarazo asistí a un grupo de lactancia, así que iba tranquila sabiendo la teoría. Media hora después de nacer Patricia empezó a alimentarse de mi pecho. La parte práctica fue algo más complicada. Los pediatras y enfermeras insistían constantemente en que no debían pasar más de tres horas entre tomas durante el primer mes. Y mi bebé de días o semanas, dormía prácticamente todo el día. Así que, ocho veces al día tenía que despertarla para mamar, y la inmensa mayoría de las veces aplicar trucos para mantenerla despierta durante, mínimo, media hora. Muchas veces no atendí la recomendación médica y la dejé dormir más, pensando que preferiría el descanso a la batalla para que comiera. Me sentía mal, por no obedecer al médico y sí a mi hija. Así que el primer mes de la vida de Patricia se convirtió en una secuencia de exámenes semanales. Los aprobamos porque ganaba el peso que dictan los percentiles. Y con matrícula al no sucumbir a la suplementación con leche de fórmula. Un absurdo: la medicina pediátrica siembra la desconfianza sobre un proceso natural. Y lo que Henri Nestlé inventó para una caso excepcional, tratando de salvar a un bebé de una madre agonizante, se ha convertido en un paradigma para la medicina... Menos mal que mi consultora de lactancia y las demás mamis me apoyaron y dieron ánimo en todo este proceso”.

Marta y Patricia (3 meses)

...

“La sensibilidad está acrecentada, así eres capaz de sentir cada suspiro y necesidad del nuevo ser que ha llegado. También así, a flor de piel y con el corazón al descubierto,c ualquier opinión, palabra o gesto te afecta más que de costumbre y te puede hacer dudar de lo que por instinto tú sabes”.

Samira y Ángela (9 meses)

...

“A los pocos minutos de nacer, mi hija Aleida se agarró instintivamente a mi pecho derecho y comenzó a succionar de una forma totalmente natural y espontánea. Después nos subieron a planta y nos dieron la indicación de que debía comer como máximo cada cuatro horas. Sin embargo, Aleida lo único que deseaba era dormir tras un parto largo e intenso. Comencé a tener grietas en los dos pechos y cada toma era bastante dolorosa. Sabía que no debía de doler pero no tenía ni idea de cómo hacer para que no fuera así. El primer mes fue muy agridulce. Viví momentos muy duros, dolorosos, deseos irreprimibles de llorar, pero al mismo tiempo me sentía muy feliz por tener a mi bebé entre nosotros. La lactancia es un proceso muy delicado, donde entran en juego muchísimos factores físicos y emocionales, y si no contamos con asistencia especializada, podemos naufragar fácilmente en nuestro intento. Creo que la ayuda de un grupo de lactancia fue mi referente en la marea de dudas que te asaltan durante el primer mes y mi fuerza para continuar en el camino hacia una lactancia materna exitosa”.

Annette y Aleida (7 meses)

 


Lo que mejor te podemos recomendar para poder disfrutar al máximo de esta nueva etapa es contar con apoyo, información actualizada y un grupo de amigas/os, familias o mamás que entiendan como tú la crianza y puedan ayudarse mutuamente.

Aprender a pedir ayuda sin llegar a nuestro límite, sin sentirnos menos independientes y poder disfrutar el aquí y el ahora plenamente son aprendizajes muy valiosos que nos suelen traer nuestros bebés.•

Sofía Pagel
Madre y monitora de Lactancia Materna
Asociación Proyecto Besana


CONSULTA LOS GRUPOS DE APOYO DE LAS ISLAS AQUÍ

Volver