Bronquiolitis

Noticia publicada el 12-12-2016

Llega el invierno y con él numerosas enfermedades víricas típicas de esta estación del año.
Quizás una de las más frecuentes es la bronquiolitis, siendo una enfermedad importante sobre todo en niños menores de 2 años. A continuación hablaremos un poco sobre esta enfermedad, destacando sobre todo
los signos de alarma a los que tendremos que estar atentos en casa.


¿Qué es la bronquiolitis?

La bronquiolitis es una infección respiratoria producida por virus en la que se inflaman los bronquiolos, que son las ramificaciones más pequeñas de los bronquios que llegan hasta los alveolos (lugar donde se oxigena la sangre). Hay muchos virus que la producen, siendo el más frecuente el virus respiratorio sincitial (VRS). La época epidémica va desde Octubre hasta Marzo, habiendo normalmente “dos picos” de incidencia (semanas en las que aumentan enormemente el número de casos) que varían de año a año. Afecta a los niños y niñas menores de 2 años, siendo más agresiva en los niños menores de 6 meses.


¿Cómo se contagia?

Los principales mecanismos de contagio son dos: 1) a través de las manos (de ahí la enorme importancia del lavado de manos antes y después de tocar a los niños pequeños), ya que el virus puede vivir un tiempo en los objetos (chupetes, baberos) y al tocarlos, puede permanecer un tiempo en nuestras manos, y 2) A través de las secreciones: cuando damos besos o hablamos se producen pequeñas gotitas de saliva microscópicas que puede alcanzar a los bebés y ser el medio de contagio.


¿Cuáles son sus síntomas?

La mayoría de las veces, el VRS sólo produce rinorrea (mocos y obstrucción nasal) que suele estar presente unos cuantos días. Tras varios días de evolución (habitualmente entre el segundo y quinto día) puede inflamarse la vía aérea baja (bronquiolos), manifestándose con dificultad respiratoria, el niño respira más rápido (taquipnea), hunde las costillas al respirar por el suo de  los músculos accesorios de la respiración (tiraje subcostal e intercostal) o el hueco encima del esternón (tiraje supraesternal), eleva la barriga a la vez que respira o se escuchan “pitidos” o se queja al respirar, sobre todo al sacar el aire (por estrechamiento de los vía aérea con la consiguiente dificultad para expulsar el aire)]. La fiebre, como cuadro infeccioso que es, puede aparecer pero suele ser no muy alta.


¿Cuándo debo consultar a mi pediatra?

SIEMPRE debemos consultar con nuestro pediatra si vemos algunos de los siguientes signos de alarma:
• Obstrucción nasal importante en un niño menor de 6 semanas de vida.
• Respira muy rápido (taquipnea) o tiene otros signos de dificultad al respirar (hunde las costillas o el huevo encima del esternón o mueve la barriga a la vez que respira).
• Rechazo de la alimentación (que realice tomas de menos de la mitad de cantidad de lo que suele).
• Fiebre muy alta.
• Emite un quejido al respirar o se le escuchan pitidos.
• Si durante un periodo de tiempo el niño deja de respirar.
• Decaimiento en ausencia de fiebre.

 

¿Existen vacuna para la bronquiolitis?

No. La vacuna consiste en introducir partes de una bacteria o virus, de manera que el sistema inmune lo reconozca como extraño y cree defensas contra ellas. De esa manera, cuando el virus o bacteria entre en contacto con el niño, lo reconocerá mucho más rápidamente creando anticuerpos de forma muy rápida e impidiendo el desarrollo de la enfermedad. De momento, no disponemos de una vacuna para la bronquiolitis.

Sin embargo, si se dispone de un anticuerpo específico para el VRS (palivizumab), únicamente de uso hospitalario dado su elevado coste, y que se administra en temporada de epidemias (Octubre a Marzo) en aquellos niño en los que la infección puede ser mucho más peligrosa (caso de niños muy prematuros, niños con ciertos problemas de corazón o pulmón, algunas enfermedades crónicas y algunas inmunodeficiencias).

 

¿Cuánto tiempo dura y qué consecuencias tiene?

El “cierre de los bronquios” puede durar desde unos pocos días hasta 2-3 semanas, dependiendo de la susceptibilidad individual (cada niño se defiende de forma diferente) y de la respuesta que tenga al tratamiento. Muchos de los niños que padecen una bronquiolitis en el primer año quedan con cierta hiperreactividad bronquial (se le cierran los bronquios en respuesta a cambios de temperatura, ciertos cambios ambientales y, sobre todo, otras infecciones), pudiendo requerir el uso de aerosoles durante los primeros años de vida.


¿Cómo se trata?

Básicamente, las bronquiolitis se tratan aliviando los síntomas. La parte esencial del tratamiento consiste en despejar las fosas nasales del bebé con suero fisiológico o preparados a base de agua de mar, para que puedan comer y dormir bien. En este sentido, puede ayudar algunas medidas posturales, como elevar el cabecero de la cuna unos 30 grados.

Si el bebé tiene fiebre, puede ayudar el uso de antipiréticos (paracetamol) asociado a medidas físicas, sobre todo para aliviar el malestar que esta produce. Es importante recordar que muchos niños, cuando tienen fiebre, están muy decaídos y esto cambio cuando se les va la fiebre. Si esto no ocurriera, sería motivo inmediato de consulta con tu pediatra.

Por último, algunos niños pueden beneficiarse del uso de broncodilatadores (aerosoles), sobre todo aquellos que presentan “pitos” al auscultarle, aunque en los ensayos realizados no han demostrado una gran eficacia en la evolución de la enfermedad. El pediatra determinará la necesidad de su uso.

 

¿Cómo puedo prevenir la bronquiolitis?

Los niños que están con lactancia materna tienen una protección extra, ya que la madre es capaz de pasarle las defensas a través de la leche materna.

Es importante resaltar que los virus que causan la bronquiolitis, en adultos solo producen presencia de mocos; de ahí la importancia que todas las personas que vayan a estar en contacto con el bebé o con los objetos que utiliza se laven las manos antes y después de estar con él. En época epidémica (los meses reseñados anteriormente) deben evitarse las aglomeraciones de gente, lugares con cambios de temperatura bruscos como los grandes centros comerciales o sitios donde hayan muchos niños como guarderías y parques infantiles.•

Dr. Iván Abreu
Pediatra

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