El sexo de los juguetes

Noticia publicada el 11-11-2016

Escribe la carta a los Reyes y espera ansioso que el día señalado, estos tres señores le traigan del lejano oriente, o de donde sea, ese juguete tan anhelado, que deseó desesperadamente durante meses, cada vez que veía el anuncio en la tele.

Y es nuestra labor, mientras dure la ilusión y la inocencia, ser cómplices de los Reyes y no fallarle. Pero nuestra mayor responsabilidad no es encargarnos de comprar el regalito, envolverlo y hacerlo aparecer mágicamente en el momento oportuno.

Esos objetos, llamados juguetes, son instrumentos fundamentales en el desarrollo social y cognitivo del niño. Deben ser herramientas que los llevan a explorar, experimentar y aprender, a socializar y compartir, a potenciar su imaginación y creatividad y que les inculquen valores.

Pero, el afán de venta hace olvidar el fin original de estos inventos y los juguetes se convierten en armas de doble filo: coches, robots, pelotas, juegos de ingenio, armas... para los niños y, muñecas, maquillajes, disfraces de princesas y un arsenal en miniatura de artefactos para el hogar, en rosa, preferentemente, para las niñas.

Estamos haciendo jugar a nuestros hijos e hijas con juguetes de hace 30 años. Esos objetos ya no representan a la sociedad actual. Los niños aprenden por imitación y hoy en día las mamás no nos limitamos a hacer las cosas de la casa y más de un papá cambia pañales, hace la compra y cocina.

“Si limitas su juego, limitas su futuro”


Debemos reflexionar y estar atentos a la hora de elegirlos, no debemos dejarnos tentar por etiquetas “chico” “chica”, no olvidemos que los juguetes son referentes de la infancia y al plantear diferencias por géneros y estereotipos continuamos construyendo desigualdades.

Sentarse 15 minutos a ver cualquier canal infantil es más que suficiente para comprobar el excesivo acento que se pone en la publicidad respecto a la separación de  “masculino y femenino” y en estereotipos de toda clase. En los anuncios, los niños son valientes, emprendedores, rebeldes y hasta violentos, mientras que las niñas tienen una actitud controlada, ordenada, de responsabilidad (cuidado del bebé, de la casa, de mascotas...).

Si pretendemos vivir en una sociedad igualitaria, con este tipo de juguetes estamos dándoles un mensaje contradictorio. En la infancia no se sabe de “roles de género”. Saben lo que les divierte y lo que no, disfrutan con lo que sea y del color que sea. Digámosle a nuestros hijos que pueden tener miedo, que vale llorar y jugar con muñecas; hagámosle sentir a nuestras hijas que son valientes, que vale ser aventureras y patear pelotas y que no pasa nada si se ensucian el trajecito.

“No existen juguetes de niños y juguetes de niñas, solo existen juguetes. Con ellos, los niños y niñas desarrollan las habilidades y capacidades que los convertirán en los hombres y mujeres de mañana. No limites su juego, no limites su futuro”- rezaba una campaña por el uso no sexista de los juguetes, desarrollada por el Centro de la Mujer del Ayuntamiento de Manzanares en el año 2012.

Se nos ocurre que no hay nada más ingenuo que un juguete y que su elección no implica gran cosa, sin embargo es algo más que trascendente en nuestras vidas. El juego es una actividad inherente a los seres humanos, los primeros registros de actividad lúdica se remontan a 3000 años AC. Lo lúdico de la infancia es unos de los mecanismos fundamentales en la construcción de la concepción del mundo.

Pero los fabricantes de juguetes saben que segmentando el mercado en grupos y categorías, pueden vender más versiones del mismo juguete. El mismo juego de mesa en “diseño de chica” y “diseño de chico”, se vende el doble. Y esto dificulta que niños de diferentes sexos compartan una misma actividad. Y, si queremos convivir en armonía, debemos empezar por saber jugar juntos, chicas y chicos. Niñas de todo el mundo eligen ropa, accesorios y juguetes rosas, independientemente de sus orígenes culturales. Esta claro que la influencia de los anuncios publicitarios es descomunal. Entonces, de nosotros depende tomar conciencia de ello y no dejar que afecte el desarrollo de las nuevas generaciones.

Esta claro que la publicidad de juguetes infantiles debería promover una representación de géneros más igualitaria, lo que sería toda una contribución a la transformación social. Sería maravilloso que los especialistas en marketing y creativos publicitarios recogieran el guante. Mientras tanto, no nos dejemos llevar por la sociedad de consumo, no desperdiciemos esta nueva oportunidad y ayudemos a los Reyes Magos a hacer regalos que acompañen el sano desarrollo de la infancia fomentando el respeto entre las personas, sean del sexo y el color que sean.•

Ivana Kaminsky
Mamá
Colaboradora de los Reyes Magos
Publicista

 

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